Fuente riesgo bajo control
«Entre la Espada y la Pared”. Seguro que alguna vez has utilizado esa frase para definir una decisión difícil, entre dos opciones nada agradables, y con un compromiso entre lo que “debes hacer” y/o “lo que puedes” y/o “lo que quieres hacer”. Los americanos utilizan la expresión “between a rock y a hard place” (entre una roca y un sitio duro), para expresar ese mismo dilema. Pero más allá de una metáfora literaria, para Aron Ralston fue una situación Real como la vida misma.
Algunos detalles, para que podamos extraer alguna lecciones de esta dolorosa experiencia: Aron, en aquella época con 27 años y mucha experiencia en Montaña y acampada decidió pasar una semana de vacaciones haciendo lo que mas le gustaba; Montaña y escalada; Le fallaron los amigos con los que pensaba ir, pero confiado en su experiencia de montañismo en solitario, cambio el destino programado por otro que conocía –el Cañon Blue John, en UTA-, y sin pensarlo dos veces arrancó su camioneta y se puso en marcha. Con la pick-up discretamente aparcada tras unos matorrales, inició una de las salidas de dia, -pensaba regresar a dormir a la camioneta con una pequeña mochila de dia, con lo básico inició su excursión dentro del cañón.
Al cabo de un par de horas, en un movimiento rutinario para salvar un paso estrecho –de apenas un metro- en el que había una gran roca, saltó sobre ella, y al deslizarse por el otro lado la roca -de unos 360 kilos- también se deslizó, atrapándole el antebrazo derecho, justo por debajo del codo. Según ha descrito el propio Aron no fue especialmente doloroso ese momento. Una sensación de presión fuerte y firme.
Para el caso parecia una maniobra sencilla, sin ningún riesgo, repetida miles de veces, y que se complica!”; Intentó liberarse,,, pero pronto se dio cuenta de que no iba a ser posible. Estaba seriamente atrapado.
Como montañero experimentado rápidamente evaluó sus opciones, los factores de riesgo en juego y las consecuencias de sus acciones anteriores, Conclusión: Sus opciones al final solo pasaban por esperar un rescate, y aguantar hasta entonces, -eso es sobrevivir en definitiva- haciendo su espera lo más fácil y cómoda posible. Un par de barritas de cereales, y una reserva de menos de un litro de agua –había ido bebiendo durante la salida para prevenir la deshidratación-; Así que habría que racionar un poco la comida y la bebida; No problem. De complexión delgada y fibrosa estaba acostumbrado a no pasar sed o hambre. Además tenia unos metros de cuerda de escalada –para salvar algún paso complicado-, una linterna, una cámara de video, y una pequeña herramienta “multiuso” –de esas que tienen navaja, alicates, lima , no especialmente sofisticadas; De hecho venía de regalo promoción al comprar una linterna. En camiseta y bermudas, se dio cuenta que además del riesgo de deshidratación…. Tendría que lidiar con la hipotermia – empezaba a caer la tarde, y en las zonas áridas de Utah, las noches pueden ser todavía muy frescas a primeros de Mayo; Además, el interior del cañón apenas recibe una hora de sol al día, a medio día cuando está en su cenit , por lo que no había mucho calor irradiando de la roca.
Pero no tenía otra opción. Esperar un rescate… No llevaba un móvil –lo había dejado en la camioneta, sabía que no había cobertura en esa area, dentro del cañón… además parte de la sensación de libertad que busca cuando se “pierde” en las montañas radica en saber que no van a importunar con llamaditas….
La primera noche se hizo muy larga. No pudo dormir. La mano no le dolía. ¿porque los nervios estaban literalmente aplastados?; Tuvo durante horas una sensación de cosquilleo, de hormigueo –como cuando duermes encima del brazo y se te duerme-.Pero ya no.
Con la mano izquierda, consiguió montar una especie de trapecio de nudos con el que asegurar sus cosas –si se le caian no podria cogerlas-. Y pensó mucho. ¿Quién podía rescatarle?…
Nadie sabía que estaba alli. No había contado a nadie sus planes. Nadie le esperaba de vuelta en casa, y en el trabajo –en una tienda de artículos de montaña y acampada- no le esperaban hasta después de largo puente, 5 días después. O sea que nadie le iba a echar de menos. Alguien vería la furgoneta aparcada… -aunque la había disimulado bien para evitar curiosos- peeero, tampoco había dejado ninguna indicación de hacia donde había ido o a que hora esperaba volver. Por ultimo…. Sabía , y por eso había escogido esa ruta, las posibilidades de encontrase con otro excursionista eran bastante remotas. El primer dia se había cruzado con dos montañeros que le habían invitado a unirse a su grupo… pero el había preferido ir por libre. Un cúmulo de infortunios. 100% ley de Murphy.
Se concentró en pensar de forma positiva. Y asi amaneció tras la primera noche. Se propuso llamar la atención de quien pudiera pasar por encima / por fuera del cañon, por lo que a intervalos regulares chillaba a pleno pulmón. Cualquier cosa antes que no hacer nada. El frio no habia sido demasiado cruel esa noche. O por lo menos no ,lo había sentido asi. Tenia otras cosas en las que pensar. Como por ejemplo… que hacer con la deshidratación que ya planteaba un problema inminente. Empezó a reciclar su orina. O sea mezclándola con el agua potable –ya prácticamente agotada tras 24 horas de racionamiento estricto- para diluir el sabor y las sales y volver a beberla. No era agradable… pero nada en su situación lo era.
Pasaron, 2, 3, 4 días con sus noches. De pesadilla, falta de sueño, frío, deshidratación, pensamientos erráticos… y esa lucidez que da estar al borde de la locura. Mientras tuvo bateria, Aron tuvo la sangre fria de grabar en video sus reflexiones, su situación, sus pensamientos… pensando en dejarlos como ultimo legado a quien –algún dia- encontrara sus restos momificados en el fondo de ese cañón. Porque estaba claro que no –a medida que pasaba el puente y el fin de semana que nadie iba a pasar por alli entre semana, y tenía la certeza de que no viviría mucho más; Ya era milagroso que hubiera sobrevivido 5 días pegado a ese muñón de brazo que ya empezaba a apestar, gangrenado, podrido y apestoso….. Esa era la clave!!! ¿¿¿¿Para qué quería un brazo que ya estaba perdido más allá de cualquier posibilidad de restauración quirúrgica???!!
Aron decidió que no quería seguir pegado a aquel despojo ya muerto… y que no quería acabar así. El Instinto de supervivencia tomó el control. Tras apretar un torniquete con la mano izquierda y la cuerda de escalada, con la navaja de la herramienta “multiuso”(derecha) empezó a cortar, piel, músculo, tendones, nervios (con los alicates) –como el mismo ha descrito después, descubriendo una nueva dimensión al dolor-… hasta llegar a los huesos –Cúbito y radio- que tuvo que romper haciendo palanca con su propio peso.
LIBRE!!! Con la hemorragia controlada, y tras 5 dias sin prácticamente haber comido, dormido ni bebido inició el retorno; 3 horas por el cañón, un rappel de 20 metros, y 8 millas -12 kms.- de carrera/caminata bajo el sol de mediodia… hasta que encontró una familia de holandeses de excursión que le dieron toda la comida que llevaban: 2 galletas Oreo, agua… y una llamada al helicóptero de rescate..
Aron Ralston ha vuelto a la montaña. Sigue escalando. Y Ahora con su brazo ortopédico especialmente adaptado a manejar cuerdas y a trabajar como pico. Sigue escalando en solitario: Acaba de ser el primer montañero en completar los 59 picos de más de 4.260 metros en Utah en solitario y en invierno. Saco un libro que escribió poco después. Del accidente (titled Between a Rock and a Hard Place, publicado por Atria Books en Septiembre 2004.También da charlas y conferencias sobre cómo superar la adversidad y manejarse en momentos de crisis.
En 2010 sale la película denominada “127 horas” dirigida por Danny Boyle
Fuente riesgo bajo control