Cuatro amigos, un sobreviviente y un bote dado vuelta en el mar
Temprano en la mañana de ese fatídico 28 de febrero, los cuatro deportistas se fueron a pescar a más de 80 kilómetros de la costa en el barco de Cooper, de 21 pies. Llevaban heladeritas de camping con hielo, comida y cerveza, indumentaria gruesa y camperas. Cerca a las 17:30 quisieron subir el ancla y regresar a tierra, pero estaba trabada. Bleakley sugirió atarla al barco y encender el motor del bote para tirarla y así poder destrabarla pero cuando Cooper trató de hacer andar el barco, éste se sumergió y se volcó, lanzándolos al agua. Juntos trataron de enderezar el barco parándose a un lado, pero no dio resultado y Bleakley nadó por debajo y sacó tres chalecos salvavidas, una heladera portátil y una almohada de flotación.
Bleakley, que según Schuyler:- “le salvó la vida”, utilizó la almohada, sus compañeros llevaban chalecos pero no les fue suficiente. Los jóvenes intentaron todo lo que había a su alcance para salvarse, Schuyler le dijo al investigador de la agencia, Jim Manson, que trataron de utilizar señales luminosas, pero estaban mojadas y cuando trataron de llamar por sus teléfonos celulares que se hallaban en bolsas de plástico, no había señal.
Sabían cómo pasaban las horas porque Schuyler tenía un reloj con luz y podían verlo. Según él, aproximadamente a las 5:30 del día siguiente, Cooper no reaccionaba y trataron de revivirlo sin éxito. En ese momento, Bleakley se colocó la almohada flotante que llevaba Cooper y que sería su salvación. Una hora después, Smith empezó a mostrar «síntomas extremos de hipotermia’, se quitó el salvavidas y se separó del bote. Quedaban sólo los dos compañeros del equipo universitario, que siguieron juntos hasta que Bleakley se debilitó y se quitó su salvavidas también. Schuyler dijo que le pareció que Bleakley murió aferrado a él.
Los peritos luego indicaron que haber movido el ancla a la popa del bote contribuyó a la inestabilidad de la embarcación cuando trataban de liberarla. Describieron eso como un error que, aunque tal vez ocurre a diario, un marino más experto sabría cómo manejar. Cooper, propietario de la lancha, tenía más de 100 horas de experiencia pero había estado bebiendo, de acuerdo con el reporte.
El 2 de marzo de 2009, a 42 horas de producirse el accidente, Schuyler fue rescatado por la Guardia Costera.
Extractos de libro de Nick Schuyler: “Not without hope”
Pienso en ese día, esas horas horribles, todo el tiempo. La más pequeña cosa me pone de vuelta ahí: un pensamiento errante, un atisbo de aguas abiertas, una mirada de un desconocido que dice: «¿No es usted ese tipo?»
El accidente me arrastra como la estela de la barca de Marquis, batiendo la formación de espuma, empujando hacia el horizonte de todos los días. ¿Por qué yo? ¿Por qué lo hago cuando no lo hicieron?
No soy un héroe. Tal vez si hubiera traído a mis amigos conmigo… al menos uno de ellos. . . o todos ellos. No lo hice. Lo intenté…pero no pude. Sólo soy un sobreviviente.
Seguí imaginando cada familia, acurrucándose juntos y abrazados. Llanto…
Yo sabía que tenía que salir de ésto para explicarles lo que pasó, que necesitaba para vivir el tiempo suficiente para contar la historia, aunque me encuentre con vida y muera más tarde. Si no lo hago, la gente contará sus propias historias, basadas en rumores. Al menos pude decirles los hechos.
Me preguntaba si había una manera de que pudiera dejar algún tipo de mensaje, algo así como «Te quiero, mamá» o «Los quiero, chicos» o «Sé feliz» o «Sé fuerte». Pensé en mis padres, mi hermana y mi novia Paula. Si sólo tuviera una lapicera en el bote y pudiera dejarles un mensaje…