Qué le dirías hoy a la joven Marianne que se atrevió al Cho Oyu en Invernal?
Le diría que vaya con la mejor de las energías, que aproveche esa ingenuidad para llevarse el mundo por delante. Que siga su intuición y su corazón. Y que vaya, que se anime, que todo va a salir bien, que siga su camino.
Viviste toda tu vida haciendo deportes, hiciste tu primer 8000 a los 23 años, lo harías hoy de la misma manera?
Es que nunca sería igual, hoy tenés internet, Gps, partes meteorológicos exactos, indumentaria técnica y mucha gente que fue a los Himalayas. Cuando yo fui imaginate que me prestaron el “mono de plumas” allí en la montaña porque no había llevado, solo los datos que pude recabar en ese momento fueron de Messner y mis pocos amigos que habían ido al Himalaya. En ese momento nos escribíamos telegramas o cartas e íbamos intercambiando información, era todo muy diferente a hoy.
Cuando salí de suiza, para los Himalayas me tenía que encontrar con los de la expedición en Madrid, me acompaño mi hermano, recuerdo, a la estación de tren, con dos o tres chicos con discapacidad. Él trabaja con esos niños y me preguntaban si iba a volver bronceada, jajaja. Estaba todo como fuera de foco.
Ya tenías experiencia en alta montaña para encarar tan osado emprendimiento?
De niña hice atletismo, entre los 12 y 16 años, después empecé a estudiar el profesorado de Educación Física y al estar 6 o 7 horas por día entrenando deje el atletismo. Empecé a hacer allí esquí de travesía, fue mi primer contacto con la montaña además de hacer trekking con la familia. A los 17 años empecé a ir a club alpino que había uno de mis mejores amigos, Tierry, eso fue el año 87. También en ese año empecé a estudiar letras que es a lo que me dedico hoy, siempre tuve una formación intelectual de mis padres y me encanta leer. Tengo tres pilares, muletas en la vida que me hacen estar de pie para mi equilibrio, una los contactos sociales, me encanta estar con gente, segundo el movimiento y tercero la literatura.
Cómo fue esa preparación para abordar los Himalayas?
Estuvimos un año preparando la ascensión al Aconcagua, vendiendo remeras para hacer el viaje, pero fue bastante rápido, bastante fácil. En ese momento recuerdo que estaba en otros proyectos también quería salvar la humanidad como tantos jóvenes de 20 años, Había trabajado en África con niños de la calle. Pensaba trabajar después de hacer el techo de América en un proyecto social en Santa Fe. Pero a último momento me dijeron que estaba el lugar cerrado por la estación veraniega. Y me quede con tiempo libre y conocí a Lito Sánchez. Trabajamos juntos en la patrulla de rescate en Aconcagua. Hicimos muchas cumbres allí en la zona, también tenía algunos 4000 técnicos y algo de roca en suiza.
En seguida con Lito se propusieron un ocho mil y encima en invernal?
Cuando conocí a Lito no sabíamos si era una relación de verano o algo más serio, pero al final nos unimos mucho. Luego de hacer cumbre en Aconcagua en la temporada 91/92 me acompaño a Santiago de Chile en Autobús y me comentó su intención de ir al Cho Oyu.
Qué recuerdo tenés de la expedición al Cho Oyu?
Si tengo que elegir tres palabras fueron: “magia” porque el grupo descubría paso a paso lo que estaba por venir, nadie sabía cómo era aquello, todo el tiempo era estar con los ojos abiertos descubriendo esa inmensidad blanca, la segunda “frío”,pase mucho frío, me quede friolenta de por vida. SI bien aún me comporto bien en altura y nunca tuve mucho problema, la temperatura es algo que sufro. Hoy en día no puedo andar sin guantes, cuando era pequeña me tiraba en la pileta y salía azul, era muy flaquita des estas que la rodilla es más grande que el cuádriceps. Y la última el “amor” me fui allí porque estaba enamorada de Lito Sánchez.
Cuántos días duro la expedición al Cho Oyu?
La cumbre fue rápida, la aproximación fue muy lenta tardamos como un mes en llegar al campo base, caminamos mucho, porteando. El ataque a la cumbre lo hicimos en unos 10 días.
Al terminar tu relación con Lito quedaste igualmente enganchada con la montaña?
Luego del Cho Oyu en el 93 y de cuatro años de relación, el Himalaya estaba muy ligado con él y si bien me abrieron muchas puertas, estuve bastante tiempo haciendo otros deportes. Primero fue la escalada deportiva y luego estuve participando en campeonatos de esquí de travesía, a fines de 1996 hice una pequeña expedición al Ama Dablan, si bien no hice cumbre fue muy interesante porque fui con la gente de la expedición al Cho Oyu y unos amigos suizos. En el año 2000 realice un intento al Everest, por la ruta normal de la cara sur y llegue hasta los 8.700 msnm, me tuve que bajar por el mal clima. Luego Me quede una noche sola a los 7900 msnm para intentarlo de nuevo pero había tan mal tiempo que tuve que abortar la expedición. Allí conocí a Juanito Oiarzabal y gracias a él entre “Al Filo de lo Imposible”. Recién en el año 2003 la Televisión Española me contrato para hacer dos expediciones filmadas en el Nagna Parbat 2005 y Gassherbrum 1 y 2 en 2003, en los tres hice cumbre y se hicieron programas. En 2004 me propusieron el K2 pero tenía una hernia discal, luego en 2005 lo intente con Ester Sabadell y Edurne Pasaban.
En que momento el mundo te reconoce por ser la primera mujer en hacer un ochomil en invernal y la única por tanto tiempo?
A la vuelta del Cho Oyu en el año 93, solo tuve una buena nota en un periódico local de Suiza, en mi familia como era la más chica no le dieron importancia, no me tomaban en serio. Más tarde y al pasar los años me comenzaron a reconocer, a veces mis alumnos me reconocen porque se meten en google y me preguntan, si soy yo la montañista. Pero me gusta que la gente se acerque por mi modo de ser y no por lo que he hecho. Para mí la verdadera hazaña no es ser la mejor montañista, sino la verdadera hazaña es aquello que en la vida no esperabas y luchas para superar algo que la misma vida te impone y no lo que has elegido hacer.
Yo decidí ir al Himalaya, hay gente que cruza en invierno esas montañas con zapatillas de tela con medias de lana sin ropas para huir del Tíbet perseguidos por los chinos. Le pagan a un guía lo que pueden y se van, es terrible, he visto un cadáver de una mujer en los grupos que hemos cruzado. Igual de lo que pasa con los africanos que van a Europa. Ellos hacen hazañas. Superar un cáncer es un hazaña, un ochomil es una medida que puesto el ser humano, si haces un 7900 entonces no lo vale?… Hay montañas de 3950 msnm en los andes que son hermosas pero la gente quiere hacer 4000 msnm.
Pero, te sentís reconocida?
Si!!!. No es que salto de un congreso a otro o de una conferencia de montañismo a otra, pero cuando un Ivan Canturi para Inkafest o Reynold Messner para sus museos me invitan, es muy gratificante. Como hago otra cosa de mi vida me gusta compartir con gente de la montaña.
Cómo fue el tema de Messner y el pedido de tu s botas para su museo?
Habíamos estado en un festival juntos a principio de 2019 y allí me hizo el pedido, cerca de 12 de agosto de 2019 le di las botas que use en Cho Oyu,, creo que ya están exhibidas.
Qué te pareció el Inkafest?
Yo concurrí en 2019 al Festival International du film Alpin des Diablerets en su 50 aniversario, se articula diferente que este con respecto a los fims y tiene un jurado que se junta toda la semana. El Inkafest me gusto, muy familiar, un ambiente muy lindo, variedad de films y con un marco de una ciudad imponente.
Qué mensaje le darías a la gente de lo que significa la montaña?
Le aconsejo a ir, es un lugar que te llena por dentro, te da mucha energía y mucha felicidad. Que vaya por pasos, que respete los tiempos de aprendizaje, siempre hay que ser humilde. Y yo a la gente hoy, en los momentos que vivimos le preguntaría si suben la montaña para disfrutar o solo para subir la foto a las redes sociales.