por Rio Cuarto Trail Run y Fanco Paredes fotos: Marcos Ferrer
Con la idea de retribuirle algo a la montaña, después de haber andado mucho tiempo corriendo por esos senderos, en el año 2012 organizamos nuestra primera carrera de montaña. Ese diciembre, con 45 participantes, habíamos tocado el cielo con las manos, nos habíamos sentido plenos, y así empezamos a tejer un sueño enorme que sigue teniendo como meta difundir la actividad física saludable y recorrer los hermosos paisajes de las sierras del sur de Córdoba.
El día 7 de octubre salió todo a la perfección. El domingo se presentó con una temperatura espectacular y un cielo azul, ideal para poder disfrutar de los paisajes que nos regala siempre la localidad de Alpa Corral. Se acercaron corredores de muchas provincias de nuestro país, entre ellas, Córdoba, San Luis, La Pampa, San Juan, Mendoza, Buenos Aires y Río Negro. Muchos, pisaban por primera vez este pequeño paraíso.
Se respiraban aires de buena onda y predisposición de corredores, familiares, voluntarios, sponsors y organizadores. Todo marchó a la perfección y el entusiasmo de la gente se hacía sentir.
El domingo 8:30hs se dio luz verde a la carrera, sólo quedaba disfrutar de un circuito increíble, totalmente de montaña, duro y bellísimo, donde cambiaba contantemente de lugares rocosos a bosques de pinos, de estepas agrestes a ríos cristalinos, de subidas durísimas a bajadas técnicas y rápidas.
No fue una carrera más, fue el cierre de un año excelente como organización. Ese día, casi 9hs después de que largaron los corredores, recibíamos con un fuerte aplauso al último participante, que para nosotros era tan importante como el primero. El arco seguía ahí, su medalla en el cuello como corresponde, los kinesiólogos y médicos a su merced… volvimos a sentir lo mismo que 5 años atrás, cuando emprendimos esta hermosa aventura, y ya estamos planeando el 2019 con muchas ganas y entusiasmo.
Agradecemos a nuestros sponsors, que sin ellos no sería posible llevar a cabo nuestros sueños: MSA, Osde, Powerade, Cepita, DH Impermeabilizaciones, Ferialvarez, Tate, Capello Empresa Constructora, Del Carmen, Gimnasio Salud y Deportes, Campanucci Social y Grupo La Barranca.
Al enorme grupo de voluntarios que trabaja incansablemente, a la Municipalidad de Alpa Corral, Bomberos Voluntarios, policía, Propietarios de Campos y Vaqueanos del lugar, que no escatiman esfuerzos para colaborar el día de la carrera.
Franco Paredes
Pasando Vicuña Mackenna, faltando unos 100 km para llegar a Río Cuarto, pensaba… ¿cómo serán estas sierras del sur de Córdoba? Claro está que pasando una provincia de la Pampa con poco y nada de desnivel, lo único que se me cruzaba en mente, era lo rápida y corrible que podían llegar a ser los 42 km de Alpa Corral. Pensamiento que duró poco.
Largada 8 A.M, y el pueblo estaba en llamas. Día de calor intenso para un sureño recién sacado del duro invierno patagónico. Largamos, y fiel a su estilo, un amigo de Río Cuarto con el que corrí, Víctor Aguilera, tiró los primeros kilómetros a gran intensidad. Iba corazón en la boca y concentrado a más no poder.
La primera cumbre nos esperaba: el Cerro Blanco. Una locura para los ojos y una tortura para las piernas. Coronada la cumbre, empezó lo que más me gusta, una bajada técnica que bordeaba un arroyo seco donde te encontrabas sectores rápidos entremezclados de pedreros y otros de césped. ¿Peligroso? ¡sí! Pero era mi fuerte, y tenía que aprovecharlo para sacar una pequeña ventaja.
Pasaron los kilómetros, aumentaba la temperatura, y el cansancio se hacía sentir. Estaba un poco agobiado, porque llevaba tan sólo 21 km de una carrera que pensé que iba a ser rápida y me demostró unos duros senderos con un sinfín de subidas y bajadas. Montaña de verdad, sierras cordobesas en su máxima expresión, igual de duras que de hermosas.
Un poco de música después del kilómetro 28, y logré acercarme al puesto de otro amigo cordobés, el cual me dijo tranquilo, que ya era todo bajada con algún que otro «repechito». Claro está que los repechitos de Córdoba no son nada amigables. En el siguiente puesto, me encontré a los corredores de 25 km. Vino luego una subida durísima de unos 4 km que la hice corriendo gracias al aliento de los otros corredores que me crucé en carrera.
Bajada final, y no sabía a qué distancia estaba el segundo corredor (el cual ya me habían nombrado innumerables veces los chicos de la organización: «el sapito»). Mi cabeza a mil ya había punteado toda la carrera y no quería imaginarme un cierre apretado hasta la llegada. Ritmo sostenido y aprovechaba al máximo el pedrero técnico que conectaba a la calle de ripio. De ahí, 2 km de muchas sensaciones.
Correr es eso, y más en montaña. Es una aventura llena de sentimientos, donde te pasa toda una vida, con momentos buenos y otros malos, con altibajos y con una lucha interna inexplicable. Eso es la montaña, un desafío con la montaña y con uno mismo, donde llegás y buscás el límite de lo extremo. Alpa Corral logró eso, todo lo necesario para que más que una carrera, sea una aventura.