por Antonio de la Rosa, textos y fotos
Luego de 141 días en su tabla, Antonio de la Rosa convirtió en la primera persona en dar la vuelta a la Península Ibérica en paddle-surf. Su aventura de inició el 26 de Octubre de 2017 cuando llegó a Portbou (Gerona), y finalizó el 7 de junio de Fuentarrabía (Guipúzcoa).
Según contó, durante la travesía tuvo jornadas de más de 40 kilómetros de remo que en alguna ocasión llegaron hasta los 64 kilómetros. Sus días se dividieron en dos fases: una primera de 25 a 30 kilómetros, y otra después de comer y descansar, que en los últimos días se redujo por la disminución de horas de sol.
Recorrió las costas de Portugal y España en un reto en el que aseguró que “el que mandaba era el tiempo”, añadiendo seguidamente: “el problema eran los vientos frontales; en cambio cuando iban en tu misma dirección, mi cuerpo actuaba como una vela y me ayuda a avanzar veloz. Con los vientos laterales, me podía permitir remar de lado, aunque progresaba más lento”.
“Cuando estaba en Torredembarra, cerca de Barcelona, surgieron fuera de todo pronóstico unos vientos desde la mar hacia tierra de hasta 180 kilómetros hora. Fue una experiencia aterradora, volaba todo alrededor. Tuve suerte de encontrarme en tierra, prefiero no imaginarme qué hubiera pasado si me hubiera sorprendido remando”, señaló.
De los casi 4 meses de travesía, sólo 20 jornadas no remó, por condiciones climatológicas inadecuadas. En ese tiempo, lejos de descansar, disputó competencias de paddle-surf. “Terminaba de remar, miraba el parte de vientos y al día siguiente afrontaba más de lo mismo, pero siempre con optimismo y ganas”, expresó.
Deportista avezado, vivió complejos momentos que demostraron su afán de superación diario: su complicado paso por Estaca de Bares, el vértice más al Norte de Galicia; los acantilados de San Andrés de Teixido, casi 30 kilómetros en los que no había ningún entrante de tierra para parar; el robo de dos de sus tablas en Oporto; la confiscación de otra de ellas por la policía marítima portuguesa que más tarde pudo recuperar; su difícil paso por el estrecho de Gibraltar o por el concurrido Puerto de Algeciras.
“Los puertos daban respeto. Ahí toda precaución es poca. Yo y mi tabla éramos insignificantes ante la magnitud de los barcos que entran y salen constantemente. Te pones delante de ellos atento para comprobar su dirección, para tu dirigirte a la contraria. Y a cruzar dedos esperando que te hayan visto”, destacó.
De esta expedición se llevó también el cariño de la gente de las zonas por las que paró, y de todos los amantes del paddle-surf que lo quisieron acompañar en algunos tramos, con sus tablas. Según dijo, las imágenes de los pueblos y ciudades costeras de la península serán imborrables de su mente.
Durante sus extenuantes jornadas sobre su tabla de paddle-surf hinchable de la marca SPS siempre lo acompañó: su bolsa estanca Sea to Summit (donde llevaba una multiherramienta Leatherman), su aparato de posición vía satelital para emergencias; un cordino; un frontal acuático y dinero.
Antonio ya está planificando nuevos desafíos: “volveré a Rovanieni para disputar Lapland Extreme Challenge, el desafío de superación humana más extremo de Finlandia. Este año no pude terminar los 900 kilómetros de recorrido a causa del congelamiento de tres de los dedos de mis pies, pero me veo con fuerzas para conseguirlo el próximo año. Además, estoy pensando en cruzar Europa en bici con mi pareja”, contó.
Quién es Antonio de la Rosa
Antonio de la Rosa es un conocido aventurero español que se ha enfrentado a diversos desafíos. En 2014 ganó la prueba francesa de cruce del Océano Atlántico a remo y en solitario Rames Guyane. Ese mismo año, recorrió con esquís de fondo los 1.700 km de la prueba Iditarod en Alaska. En 2015 unió en paddle-surf por el río Tajo, Madrid con Lisboa; y en 2016 hizo parte de la costa de Groenlandia. El último reto fue su participación en la competición Lapland Extreme Challenge.