Por Carlos Eduardo González
fotos Alejandra Melideo y Mariano Galván
Mariano Galván y Alberto Zerain sufrieron un accidente el 24 de junio rumbo a la cima del Nagna Parbat, por la arista Mazeno, donde un alud mostraba en el dispositivo de rastreo un descenso de 200 metros. Desde ese día, y luego de diferentes avistajes del área en helicóptero y una patrulla de rescate mandada por los familiares de Mariano, aún no se tienen noticias de los montañistas. Aquí, un homenaje de Alpinismo On Line y la palabra de muchos seres que conocieron a este genio de las montañas.
Las voces se apagan sobre la montaña desnuda. Se apagan las luces, se enciende el silencio, al compás de un viento condescendiente. Un viento que baja, medita y se eleva entre aristas y espolones, entre grietas y pendientes. Un viento que transmite toda la fuerza y conocimiento de dos espíritus, a la esencia de la montaña.
Luego, un instante, un momento miserable donde caen las palabras, las risas, llantos y suspiros del momento anterior. Ese instante que dicta la montaña, donde ya no hay nada más que hacer, sólo someterse a su voluntad y ver cuáles son sus planes.
Esas dos siluetas que discurren entre sombras un poquito más abajo de la arista. Dos siluetas que desandan el camino hacia la gloria, la que está mucho más alta que la simple cumbre de una montaña. La gran cumbre de todas las cumbres.
Y a ambos lados, pared. Una pared fría y cómplice que no admite ningún tipo de reclamo más que sus propias exigencias, que no entiende de afectos y cordadas, de sueños ni de ideas extravagantes. Una pared que convierte un simple sendero a un objetivo, en un camino hacia la eternidad.
Mariano nació un 17 de marzo de 1980 en la ciudad de Trelew. Vivió toda su niñez y juventud en su ciudad, donde cursó sus estudios secundarios en la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET N°1), recibiéndose de Técnico electro-mecánico. También fue técnico universitario en electro medicina de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, en Olavarría. Todos estos conocimientos le dieron la posibilidad de desarrollar su trabajo y poder dedicar su esfuerzo en pos de su gran pasión: la montaña.
En este sentido, se convirtió en guía de Alta Montaña en la Escuela Provincial Valentín Ugarte de guías de trekking y de alta montaña de Mendoza, cuna de grandes montañistas argentinos. También realizó varios cursos como el de rescate en Zonas Agrestes en mayo de 2010, que lo convirtió en Rescatista líder, o el de Rescate en ambientes verticales, en 2009, y en zonas agrestes, primeros auxilios, RCP, buceo y vuelo en parapente.
Sus comienzos no fueron precisamente en la montaña. Entre 1998 y 2004 realizó diversas tareas relacionadas a la carrera que había estudiado en las provincias de Chubut y Santa Cruz efectuando diversas reparaciones e instalaciones eléctricas, de equipos médicos, computadoras y luminarias de altura, su primer vínculo con esta palabra que tanto y tanto guardaría relación por el resto de su vida.
Ya dentro de la actividad de montaña, entre 2005 y 2006 realizó trabajos de trekking con rapel, Canopy para Argentina Rafting en Potrerillos. En el verano de 2005/06, comenzó sus trabajos de porteador para Aconcagua Experience de Eduardo Soler y un año después se unió a Fernando Grajales en la misma tarea.
“Lo más importante son los principios que mueven tus pies”
El invierno de 2007 lo sorprendió realizando tareas en el Ski Rentall del centro de Ski La Hoya. Esquel, y al verano siguiente trabajando como asistente de guía de montaña para la empresa Aymara. Fue recepcionista en las Leñas para el Hotel Acuario y realizó Transfer entre los hoteles, para Virgo. También fue porteador y asistente de guía de montaña para Aconcagua. Instructor de ski de niños de 3 a 11 años en el centro La Hoya, para la empresa Frontera Sur.
Llega la temporada 2009/10 y realizó guiadas, asistencia y porteos para ALESA. en Aconcagua. Para ese invierno, fue ayudante de pistero socorrista en el centro de ski Valdelen, en Rio Turbio, dictando además clases de ski a niños en el centro de ski La Hoya en Esquel. En verano, trabajó como guía de montaña y porteador para Aventuras Patagónicas y un año después nuevamente para Aymará, tras lo cual se trasladó a Alaska, para desempeñarse como Guia de Montaña. Desde entonces hasta este mismo año, trabajó para Aymará y Alpine Ascents International.
En abril de 2015 realizó el rescate del cuerpo del andinista indio Malli Mastan Babu, en el Nevado Tres Cruces.
Pero fue el Aconcagua la más querida. Era su montaña. El mismo nos dijo en una entrevista que tuvimos el año pasado: «Aconcagua es mi primer amor y la mejor escuela con la que he podido pensar».Fueron veinticuatro cumbres. Diez por la normal, una por filo sureste, una de las más complejas. Dos por Glaciar de los Polacos desde el campo base Plaza Argentina. Una nueva ruta, Los Porters, compleja. El broche de oro: escalada en solitario de la Pared sur, convirtiéndose en el primer sudamericano en lograrlo en solitario y en 34 horas.
También tenemos El Plata, Vallecitos, Mirador, Pirámide, Ameghino por normal y sur (d+), Ibáñez, Cuerno, Rincón, Platita, Cerro Negro, Lomas amarillas, Canal de Thomy, Lanin, Yanapacha (Perú), Pissis, Chani, Denali y sus grandes logros de Himalaya: Island Peak, Lobuche, Everest, Lhotse, Gasherbrums (ambos), Broad Peak, Dhaulagiri, Manaslu e intentos al Cho Oyu y K2.
Y luego, la historia conocida en su relación con la montaña desnuda. Esa montaña tan bella, tan hermosa y atrapante que desvela al montañista, lo atrae, lo incita a caer en sus dominios. Un dominio extravagante que lo envuelve en un sopor muy particular hasta que te atrapa. Y una vez que esto sucede, te sometes inexorablemente a su voluntad.
Cuantas historias de conquista ha tejido a lo largo de los tiempos el Nanga Parbat.
Un lienzo de Rudolf Schlagintweit allá por 1854 dejó ver la existencia de la montaña, que para aquellos tiempos, ni se pensaba siquiera en ese nombre. Rudolf era oriundo de Munich, y llevó la existencia del Nanga Parbat a los ojos de Europa. Tres años después de esto, Rudolf moría asesinado en Kashgar, dando comienzo de esta forma a la maldición del Nanga Parbat.
No fue hasta 1895, en que el británico Albert Frederick Mummery se lanzó en busca de la montaña. En aquella oportunidad, logró llegar hasta los 7000 metros sobre la vertiente del Diamir. Eso fue lo último que hizo Mummery, ya que desapareció junto con dos sherpas, tras un alud.
El Nanga Parbat es cierto, goza de una tradición nefasta al momento de su conquista. No es nada nuevo, estos dos casos, los primeros que enumeramos, forman parte de una larga lista de desavenencias en el ochomil más cruel, si se quiere. Pero bueno, ella no tiene la culpa, ella no invita a nadie, son los mismos aventureros los que son cautivados por ese «no sé sabe qué» atractivo que solo fluye en cada uno de nosotros con el simple hecho de mirarla. ¿Quién no se vio cautivado por su figura? No es nada nuevo eso.
Pero bien, muchas historias pasaron, muchos dejaron sus vidas en ella, hasta que un señor muy chiquitito, el 3 de Julio de 1953 a las 19.10 pisaba por primera vez su cumbre y dejaba boquiabierto a todo el mundo del montañismo de aquél entonces, que no era el de ahora, por supuesto. Su logro se fue fortaleciendo con los años. Tiempo de Hermann.
Y se siguieron tejiendo historias, de las buenas y de las no tanto, con predominio de estas últimas. Hasta fue escenario de un atentado hace tan sólo cuatro años, algo increíble para el mundo de la escalada.
Todo esto que acabamos de contar enaltece la epopeya de Mariano Galván y Alberto Zerain. Ellos tenían muy claro donde estaban yendo y mucho más aún en lo que se refiere a su peligrosidad. Y Mariano, en especial, tenía muy claro que la aclimatación constituía una pieza fundamental en todo esto y que era una montaña con mucho riesgo de avalancha.
“Un tipo simple y libre que desde su pasión hizo historia”
Palabras
Leo Ljungberg, Jujuy Andino Club de Montaña:
«En el 2016 pude compartir unas horas con Mariano, ya que dio una charla en Jujuy, en esas horas hablamos de la vida.. de cumplir sueños.. me contó anécdotas de la madre y de cómo lo esperaba su sobrina.. la verdad un gusto conocerlo así.. en la simpleza del ser humano.. para mí un ídolo..»
Jorge López, CAM Salta:
«Mariano visitó el CAM-Salta en dos ocasiones, la segunda en Junio 2016. De lo vivido en estas dos ocasiones nos queda el fresco recuerdo de un inquieto «de» y «en» la montaña, generando un estilo particular de ascenso, sintiéndose uno con la montaña de tal manera que «ella» no se diera cuenta que alguien la subía. Su personalidad llana, fresca, directa permitía conocer a un Mariano que, libres de ataduras y prejuicios había encontrado en esta actividad una particular manera de ser y de existir. Contagioso, dinámico, con su conversación permitía caminar -de alguna forma con él- por las montañas por donde había estado. En cierta forma, él traía la montaña y nos llevaba a la montaña. Gracias a esta forma comunicativa no sólo ilustraba sino que llevaba a quien lo escuchara. Por eso, el montañismo argentino pierde físicamente a un gran representante y referente. En alguna medida, quizás nos dejó la posta para continuar llevando la bandera argentina a las máximas alturas.»
Mauricio Bernardo Bianchi, Andinautas y Club Andino San Luis:
«El milagro no ocurrió, tu cuerpo descansa en una lejana montaña pero tu espíritu sin dudas recorrerá muchísimas, tal como lo hiciste en esta vida terrena. Eso sí… seguirás marcando a quienes te conocimos y admiramos tu simpleza, honestidad, transparencia y humildad para compartir -vos que has sido un grande de esta actividad- con quienes simplemente nos apasiona y somos aficionados, la gran vocación por compartir, difundir y contar sobre tus andanzas sin creerte por eso que «eras más»… (algo que muchos que apenas subieron una loma o transitan siempre los mismos senderos deberían aprender). Vos fuiste grande y explicaste muchas veces que la montaña «es para todos», cada uno en su medida y sus posibilidades, pero lejos de ser elitista (y eso que vos si integrabas una auténtica elite!) siempre tu mensaje fue que «todos disfruten» en la medida que puedan. Gracias Mariano no tanto por lo que hiciste en el montañismo sino porque no lo hiciste sólo para vos… tuviste la grandeza de compartirlo sin egoísmos, sin vedetismos y siempre con sonrisas, buena onda y mate de por medio, así de sencillo. Así pudimos conocerte los «Andinautas» y así te recordamos. Sin dudas el montañismo argentino te va a extrañar. Un abrazo de cumbre.»
Nicolás Unsain, Club Andino Córdoba:
«Durante sus charlas en el Club, Mariano no solo nos contaba los pormenores técnicos de las expediciones, que en alguien con su estilo de escalada tiene y muchos. Mariano también nos invitaba a conocer lo que le pasaba por dentro, sus pasiones, sus miedos, sus reacciones. La manera que tenía de transmitir sus experiencias se transformaron entonces en espacios de aprendizaje para todos nuestros socios. No sólo nos íbamos de sus charlas con información sobre un ascenso monumental; nos íbamos a casa «movilizados». Muchos de nuestros socios ya han levantado la vista para poner su próximo objetivo un poco más alto. Estoy convencido que gracias a esas ganas de compartir, su corto paso por nuestras vidas ya han calado hondo en la próxima generación de alpinistas y tendrá una larga y extendida vigencia. Mariano seguirá entre nosotros gracias a todo esto y al invaluable material fílmico que sólo la generosidad de los grandes pudo haber generado y divulgado de la manera que él lo hizo. El Club Andino Córdoba, en representación de nuestros socios, hace llegar nuestro más sentido pésame a toda la familia de Mariano Galván y Alberto Zerain.»
Marcos Daniel Bustos, Club Andino Rio Cuarto:
«Mariano vino a Río Cuarto a dar charlas presentado sus ascensos en cuatro oportunidades. Nosotros hace tres años estábamos armando y fundando nuestro Club Andino Río Cuarto y el colaboró siempre. Dictó un par de cursos de hielo. En 2016 lo nombramos socio honorario del club. Mariano es un amigo personal mío y en muchísimas oportunidades pasaba por casa y se quedaba un par de días y siempre que se podía comíamos un asadito en el club. En 2016 llevó la bandera del Club al Dhalaugiri. Sin duda un amigo de la casa.»
Ricardo Birn:
«Me han pedido escribir unas líneas sobre vos Mariano. ¡Tendría tanto para decir! Decidí hacerlo como si te tuviera al frente, como hace poco tiempo en las largas charlas en el campo base del Everest, en donde compartimos 45 días muy intensos. La primera expresión es GRACIAS no sólo por todo lo que me enseñaste del montañismo, sino también, por las vivencias fuera de ese ámbito, por tu amistad, por las largas charlas confesándonos nuestros sueños y las maneras de encararlos, respetando y aceptando los criterios que cada uno teníamos para transitar los caminos de la vida. En cada visita a Córdoba mi casa fue tu casa, y mi familia también aprendió a quererte. Recordaremos siempre con mucha ternura tus horas de juego con mi hijo Simón, el, pudo sacarte el niño que tenés adentro y que escondes detrás de esa imagen de rudo montañero. Si bien nuestra amistad comenzó hace pocos años, en el 2013 en Alaska cuando escalamos juntos el Denali, pero como se dice, convivir un día en la montaña es como hacerlo un año en fuera de ella, por eso durante estos años nos permitimos relacionarnos como si nos conociéramos de toda la vida. GRACIAS por ayudarme a planificar mi expedición al Everest y por ser el guía de todo el grupo que me acompaño hasta el campamento base. La idea de la muerte nunca paralizó tu manera de encarar cada desafío, priorizando la manera de vivir y no la cantidad de vida. Aunque esa posición hoy no nos permita realizar todos los planes que teníamos para hacer juntos, te banco igual que siempre. Quedarán pendientes para más adelante, cuando volvamos a reencontrarnos. ¡Hasta siempre amigo!»
Carola y Gonzalo Rivarola, Garmont:
«Mariano era ante todo un espíritu generoso. Generoso en su sonrisa franca y alegre, que le subía por la cara para perderse en su mirada. Generoso en su forma de querer a sus amigos, de estar a pesar de la distancia, de hacerse presente y hacerte sentir que apenas hacia un momento se había ido para volver con mil anécdotas de todo lo vivido, de todo lo alcanzado, de todo lo logrado. Sin vanagloriarse jamás, con esa actitud humilde como de quien agradece la gracia que se le otorga en cada cumbre. Nunca creyéndose distinto, mientras quienes lo veíamos teníamos tan claro que lo era. Generoso en la montaña con quienes lo necesitaban, siempre dispuesto a arriesgarse por otros como en tantos rescates. Generoso en transmitir esa pasión inmensa y contagiarla a quienes quisieran aprender y acercarse a vivir la montaña como él solo sabía, sin reparos, sin medida, de total entrega. Era su forma de honrar su oficio, del que estaba orgulloso. De su ser montañista y porteador. Generoso en su total desprendimiento. Sus posesiones eran unos cuantos petates que desparramaba religiosamente por toda nuestra casa antes, durante y después de cada expedición y lo poco que guardaba en su nueva casa. Esa casa que también lo tenía como todos nosotros, de paso. Su mundo interior era en contraposición infinitamente rico, compuesto de amaneceres infinitos, vivencias compartidas, era un mundo de filos y valles, de roca y de nieve, de espolones y glaciares. Su mundo era la montaña que nos lo devolvía de tanto en tanto para que lo disfrutáramos un ratito nomas. Hasta que un día nos lo reclamo para siempre. Lo que nos sostiene a todos de no caer en el abismo de la tristeza es el brillo de su mirada cada vez que nos contaba sus planes futuros o el último ascenso a la cumbre y esa infinita sonrisa que tan generosamente nos prodigaba en cada abrazo de bienvenida o despedida. Ese abrazo que ahora nos falta. ¡Cómo te vamos a extrañar! «
Allie Pepper, última compañera de escalada en Lhotse 2017
«Conozco a Mariano desde hace diez años, tanto en Argentina, guiando en Aconcagua, como en Himalaya. Tuve la suerte de tenerlo como compañero en Lhotse, esta última temporada de primavera en Nepal. Compartimos un viaje de cinco semanas con varios ascensos, incluyendo el Lobuche East, en un día perfecto con increíbles vistas de 360 grados. Siempre estábamos haciendo bromas y nos reíamos hasta llorar de la risa. También hubo momentos difíciles, porque yo enfermé durante doce días. En ese tiempo, nos hicimos amigos más cercanos y aprendimos mucho sobre cada uno de nosotros. Mariano fue uno de los escaladores más apasionados y motivados que he conocido. En una corta carrera, tuvo muchísimos logros, y no sólo fue una inspiración para mí, sino también para muchos. Su actitud positiva era contagiosa, le encantaban las aventuras en las montañas y le encantaba ayudar a otros a alcanzar sus sueños. Como amigo, quería ayudarme a alcanzar mi objetivo en Lhotse sin oxígeno suplementario, aunque él ya lo hubiese conseguido antes. Era generoso con su tiempo y su energía y, a su vez, tenía amigos en todo el mundo. Muy respetado entre la élite por su gran experiencia. Muchas personas le pedían consejos incluyendo a montañistas en carrera por 14x8000m. Mariano se extrañará mucho más de lo que las palabras puedan expresar. Continuará inspirando a la gente a vivir su vida al máximo y a perseguir sus sueños sin miedo, como él lo hizo.»
Fernanda Insua:
«En qué crees?» Me preguntaste. Creo en vos y en tu magia, te contesté. «Eso nos define», me dijiste. «Cómo vivirías si supieses que en cada cosa que haces te va la vida? Las harías de diferente forma?» No elegiste el camino más fácil, el de la rutina; no te dejaste arrastrar por el flujo perverso de esta sociedad ni te abandonaste a la facilidad de la indecisión. Has hecho lo que otros nunca jamás nos hubiésemos atrevido a hacer o soñar y por tanto has conseguido lo que otros nunca tendrán, haz visto y sentido intensamente la belleza de los caminos andados bajo tus propios principios y te has vuelto sabio y reflexivo, una alma antigua en un cuerpo joven y fuerte.
Siempre admiraré tu nobleza, haciendo el bien y ayudando a otros sin más recompensa que la plenitud interior y la tranquilidad de haber dado lo mejor.
Siempre me inspirará tu corazón valiente y humilde, ese que te llevaba año tras año a llevarle flores a tu amada montaña, poniendo a prueba tus creencias, buscando nuevas preguntas y ensayando nuevas respuestas o simplemente intentando encontrar una paz que provenía de tu respetuosa contemplación e interacción con la naturaleza.
Siempre admiraré tu generosidad y tu voluntad extraordinarias, tu obsesión por los detalles («en ellos se me va la vida y la de mis clientes») y tu perseverancia infinita.
Sé que te veré en la sonrisa de un niño cualquiera y te sentiré en la brisa de una mañana cualquiera. Te oiré en la melodía de una canción cualquiera y te tocaré a través de un abrazo cualquiera. Porque estarás presente en todo lo cotidiano, en todo lo común, para volverlo extraordinariamente único e intenso… Gracias por haberme hecho partícipe de tu vida, un verdadero privilegio haber compartido tantos momentos inolvidables con un ser luminoso e inspirador. Que tu espíritu vague libre e indómito, que nos siga enseñando a ir más allá de nuestros límites, que nos obligue a arriesgar, que nos empuje más cerca de nuestros sueños y nos despierte a vivir una genuina libertad.
Marcos Ferrer, Andar Extremo:
“Lo voy a extrañar mucho… siempre cuando terminaba un expedición nos encontrábamos para una charla o para hacer una nota y nos reíamos muchos, un tipo con convicción que desde la simpleza y su pasión llego a hacer lo que hizo. Siempre me lo imagine en una mecedora de viejito contándoles sus historias a sus nietos, dejó una huella profunda en mucha gente. Es un ser libre, la libertad es así, hay que volar.”
Carlos Eduardo González, editor de Alpinismonline Magazine
Yo no tuve oportunidad de conocer a Mariano personalmente, pero si a través de su actividad en la montaña, desde hace tiempo. Gracias a una persona muy cercana a él, pude conocerlo más, acercarme, inclusive entrevistarlo a distancia, y durante estas últimas semanas vivir la tensión y preocupación generada por los acontecimientos, que solo despertaron en mi la necesidad de guardar silencio a través de este medio, como una forma de respeto.
Aparte de cumplir con la humilde misión de informar y llevar la montaña a todos quienes aman esta actividad y mucho más aún a quienes aún no tienen despierto este sentimiento, también suelo hacer otro tipo de composiciones. Va entonces aquí mi pequeño presente para Mariano, que yo sé que él va a recibir, esté donde esté, de la misma forma que recibe los mensajes de sus amigos, de su gente.