texto Marisol López fotos Javier Rasetti
«LA RUTA DE LOS VOLCANES»
Sol te imaginas lo que sería hacer este camino en bicicleta!!! Era Noviembre del 2011, estábamos a 4000 msnm en un gol gris y con poca aclimatación. Yo andaba muy concentrada en agarrar una botella de agua del piso sin bajar la cabeza para no apunarme y Javi soñaba en voz alta. Ja es imposible, si camino 5 pasos seguidos y me agito, imagináte en bicicleta, me muero de un paro cardiaco!!! Pero él no me prestaba demasiada atención y continuaba de cara a las montañas con esa mirada que a mí me gustaba tanto, porque los ojos le brillaban con fuerza y yo ya sabía que no había vuelta atrás. Algunos tienen grandes fortunas, otros suerte o una carrera prestigiosa. Yo lo tengo a Javi.
Por eso 5 años después un despertador sonaba insistente en un caño de colores que era parte de los juegos de una plaza, y los señores de limpieza de la municipalidad miraban algo desconcertados como dos ciclistas despeinados salían de ahí adentro. Estábamos en Fiambalá y habíamos hecho uno de los vivac más divertidos de todos los viajes, gracias al señor de los ojitos con brillos, al que le encanta eso de no armar carpa y andar tirando la bolsa de dormir en los lugares más disparatados que existen. Desayunamos huevos revueltos, cargamos nafta en el MSR (calentador) y salimos con térmica y rompe vientos porque la mañana estaba fresca. Íbamos rumbo al Paso de San Francisco y yo no podía dejar de pensar qué diría ahora la Sol de hace 5 años atrás.
Como siempre bastó hacer unos pocos metros para que la camiseta y el rompe viento empiecen a sofocar. La primera reacción fue intentar recordar el camino… que si era todo recto, que si después venía una subida o una curva. Lo habíamos hecho 3 veces en auto, teníamos que poder acordarnos bien del lugar. Aquella discusión con nuestra memoria duró un rato más, hasta que entendimos lo absurdo de la situación. Ahora viajábamos en bici y eso definitivamente ya cambiaba bastante la percepción de la ruta. El camino del lado Argentino está completamente asfaltado, dándonos la oportunidad de ocupar la mirada en todo ese conjunto de rocas, formas increíbles, colores y contraluces. La primera vez que descubrimos la ruta de los seismiles, que es el nombre con el que se la conoce por estar rodeada de volcanes de esa altura, no lo podíamos creer, la belleza de aquel lugar nos desbordaba los ojos, íbamos en el auto con medio cuerpo afuera de las ventanillas y el asombro desencajado. Ahora volvíamos a recorrer los mismos paisajes pero esta vez en nuestras bicis y todo aquello que nos rodeaba se volvía poros, aliento y hogar. Teníamos refugios durante todo el trayecto lo que nos daba una tranquilidad extra. Muchas casitas con leña en medio de las montañas esperándonos para protegernos del viento y el frío. Que más podíamos pedir.
El primer día como siempre costó bastante, el desnivel, la adaptación después de algunos días sin pedalear, la lucha por acallar la mente y dar lugar a las sensaciones para que lentamente podamos volver a ser presente y montañas. Después de 55 km llegamos a nuestra primera casita, podíamos seguir unos 12 km más hasta el próximo refugio pero mis rodillas estaban algo reacias a la idea de seguir pedaleando y me lo trasmitían con puntaditas molestas. Además la hora mágica había empezado y nosotros estábamos entre las montañas en una casita frente al rio, así que mientras la pava nos avisaba que ya estaba el agua para el mate decidimos que si había algo que nos gustaba de viajar en bicicleta era la llegada a destino y todo aquel ritual que repetíamos una y otra vez en distintos puntos del mapa. Cambiábamos zapatillas por crocs, ropa apretada por suelta, tomábamos algo calentito, nos tirábamos a descansar sobre tierra, pasto, arena, piedras o en este caso piso de refugio en las montañas. Comíamos, comíamos mucho, como si estuviéramos a punto de morir. Y finalmente nos despojábamos de todo, ideas, cuerpo, voz, para disfrutar del silencio en medio de algún nuevo atardecer en otro nuevo y maravilloso horizonte.
«Siempre he pensado que nada es mejor que viajar a caballo, pues el camino se compone de infinitas llegadas. Se llega a un cruce, a una flor, a un árbol, a la sombra de la nube sobre la arena del camino; se llega al arroyo, al tope de la sierra, a la piedra extraña.» Atahualpa
Entre refugios, pedaleos cantados y alegría fuimos subiendo metros sobre el nivel del mar 3000, 3500, 4000. La cosa se empezó a complicar recién a mitad del tercer día, porque el viento se acordó que era viento y quiso soplar bien fuerte para confirmar sus orígenes. Entonces tuvimos 30km de rafagas agotadoras y la lucha inevitable con esa vocecita interna que nos visitaba siempre en los momentos críticos …. que no puedo mas….que asi yo no sigo… que no vamos a llegar…que si hubiéramos salido más temprano, más tarde o no hubiéramos salido….que quien me manda a mi a andar cruzando 43 veces la cordillera…….No nos hablábamos, no era necesario y sin embargo los dos sabíamos que el cansancio físico no importaba, porque el gran motor que nos mantenía en camino era mucho más complejo, maravilloso e infinito que un simple par de piernas.
A medida que subimos el entorno cambió sus formas para volverse todo puna e inmensidad. La vegetación dio paso a arena, minerales y rocas de colores increíbles. Los cerros se volvían volcanes nevados y la brisa dejaba de ser placentera para convertirse en viento frío y fuerte. Piscis, Incahuasi, Ojos del salado, San Francisco. El placer de estar pedaleando entre aquellos volcanes se volvió emoción y lágrimas.
Las grutas nos recibió como nos tenía acostumbrados. Estaban los 3 J, que a pesar de su seudónimo no eran superhéroes ni personajes de una película de acción, sino mucho más que eso, Los 3 J era como se hacían llamar los trabajadores de vialidad provincial que estaban en el refugio de las grutas a 4100 msnm, en verano e invierno, con sol, tormentas de nieve o -20° bajo cero, para recibirte entre chistes, encender la leña y abrigarte a su forma, con pan casero, una ducha caliente y música de acordeón. Nos dimos un día de descanso y termas para salir finalmente hacia el límite internacional. El camino subió un poco y otro poco más, pero la llegada se hizo cortita, 4726 msnm y la felicidad quiso ser baile. El cartel que dividía un país del otro marcaba también la frontera entre el asfalto y el ripio, a partir de ahora tocaba Chile y rebote. Nos dijeron tooodo bajada y sin dudas supimos que íbamos a tener que pedalear, lamentablemente no nos equivocamos, ripio en malísimo estado, muchísimo viento en contra y como resultado bajar a 8 km por hora con mucho esfuerzo. Pero esta vez la vocecita no se atrevió a molestar, estábamos 4726 msnm en medio de los Andes, rodeados por las montañas más lindas del mundo y nada podía ser más importante.
Cruzamos una camioneta de carabineros y nos invitaron a que los esperemos en su puesto frente a laguna verde. Por las noches hacía mucho frío y ellos podían darnos un lugar reparado donde dormir. Después de «bajar» un poco mas aparecio la laguna. Verdes y marrones, blancos,celestes y flamencos. Que importa el viento, el ripio o el frío, que importa.
Esperamos a un costadito del puesto de carabineros a que vuelvan. Hacía frío, hacía muchísimo frío. La tarde caía y la espera se hacía larga. Nos pusimos todo el abrigo que teníamos, tomamos algo caliente y seguimos esperando. Pero se hicieron las 6, 7 , 8 de la tarde y los carabineros aun no aparecían….tengo frio, tengo frio, tengo frio…las nubes de tormenta tapaban las montañas …a lo lejos vimos levantarse tierra en el camino, tenían que ser ellos, la tierra se fue acercando hasta volverse camioneta…ufff por fin, ya casi no sentía las manos….nos paramos para recibirlos y la camioneta de carabineros pasó de largo a toda velocidad. El auto de una familia Argentina se había quedado en el camino y necesitaban ayuda. Además de un lugar donde dormir calentitos nos preocupaba el agua, al día siguiente teníamos 90 km hasta el salar de Maricunga donde estaba el puesto de aduana Chileno y queríamos reponer agua por si no llegábamos, desconocíamos en qué condiciones estaba el camino. Finalmente la camioneta volvió y los carabineros nos dieron un lugarcito donde tirar las bolsas de dormir, también nos contaron que ellos en el puesto no tenían agua porque la traían cada 3 días desde la aduana y ya se les había terminado, eso significaba que íbamos a tener que llegar a migración Chilena como sea, solo contábamos con agua para 1 día. Nos despertamos a las 5 para aprovechar las horas sin viento, pero el frío era insoportable, desayunamos y nos metimos nuevamente a las bolsas a esperar a que amanezca. Alrededor de las 7 con las primeras luces del día y el cuerpo casi inmovilizado de tanto abrigo salimos a pedalear.
El ripio era terrible y al parecer para que entremos en calor tocó subida. Nos agitamos, nos sacamos el abrigo, dejamos atrás laguna verde y el ripio empeoro. Una nueva y enorme pendiente con ripio totalmente suelto nos bajó de las bicis para subir empujando a regañadientes….que camino de mier…..28 km después de subidas y bajadas llegó el asfalto y con el asfalto también llegó el viento en contra. Continuábamos en altura a 4500 msnm, los volcanes parecían multiplicarse, el paisaje era bellísimo, pero el camino seguía sin bajar y el viento se ponía impedaleable. Llegamos a una muy pequeña casita roja, faltaban 40 km hasta migraciones teníamos poca agua y estábamos en altura, decidimos seguir, todavía nos quedaban varias horas de luz y el camino en algún momento tenía que empezar a bajar. Tan solo algunos metros más adelante nos cruzamos con un trabajador al costado del camino, me acerqué a preguntarle cómo seguía la ruta y que hacía trabajando el solo en aquel lugar. El se rió fuerte y me dijo que no estaba solo, que eran un montón mas y que de ahora en adelante el camino era en bajada…mmmm todo bajada?… es que nunca podíamos confiar mucho en aquellos pronósticos, pero esta vez era cierto!!! Dejamos de pedalear y tuvimos que empezar a apretar los frenos mientras que la ruta se llenaba de gente, camiones y camionetas. Íbamos a llegar!!! Lo que hasta hacía unos minutos nos parecía imposible ya era definitivamente un hecho. Después de viento, ripio, subidas y 90 agotadores kilómetros, íbamos a llegar!!!.
Como siempre unos kilómetros antes de que termine el día de pedaleo ya habíamos hecho planes….»Primero comemos y tomamos algo caliente. Después vemos donde dormir y preparamos todo para salir temprano a la mañana. Yo voy a editar algunas fotos. Yo solo quiero comer y dormir» ….¿Que van a hacer que? noo…lo que realmente van a hacer es agarrarse la cabeza con claros gestos de preocupación mientras dicen al unísono…No lo puedo creer!!! Eran las 7 de la tarde y el paso fronterizo ya había cerrado, pero gracias a Moisés que era el carabinero del puesto los chicos de migración Chilena nos permitieron hacer los trámites para ayudarnos y así poder salir tempranito al otro día. Entonces como es costumbre nos pidieron los documentos y la tarjeta migratoria. La tarjeta que? fue nuestra respuesta. La tarjeta migratoria que les dieron en el puesto de frontera argentino, nos respondió tranquilamente Javier el encargado de hacernos el trámite. Pero a nosotros no nos dieron nada, solo nos pidieron el DNI, nos ingresaron en la compu y nos dijeron que ya podíamos irnos. No puede ser, es imposible, tiene que haberles dado la tarjeta ¿Ustedes están seguros que hicieron la salida Argentina? sin esa tarjeta no los puedo dejar entrar a Chile, tienen que volver al puesto de las grutas y que se las den. Nuestras caras de desconcierto deberían ser maravillosas. Es que nosotros estamos en bici!!! Le dije al borde de la desesperación. Hace dos días que venimos pedaleando para llegar hasta acá, no podemos volver a buscar una tarjeta!!!. Para resumir, en un ratito las diez personas que trabajaban en la aduana Chilena incluyendo al señor de limpieza empezaron a rodearnos para explicarnos que no era posible que no tengamos la tarjetita migratoria y la pregunta ¿pero ustedes hicieron el trámite de salida, están seguros? se repetía más de lo que nuestra paciencia podía soportar. «Para nosotros ustedes están ilegales y es su culpa por no pedir que les den la tarjeta migratoria, es su problema, no el nuestro»….sentenció un pedazo de bolu….digo un señor de Aduana. Pero ese hombre era la excepción de aquel lugar, todos los demás se preocupaban por nuestra situación, llamaban, pensaban posibilidades e intentaban tranquilizarnos. A las 10 de la noche el señor de mantenimiento nos señaló una habitación con camas y nos dijo «ustedes hoy duermen ahí». Comimos una sopa rápida y nos desmayamos sobre colchones, teníamos que esperar que pase la noche para definir que iba a pasar con nosotros. Tan solo la idea de tener que volver hacia atras despues de tantos días de intenso pedaleo nos derrumbaba los planes y el ánimo.
Esa mañana no necesitamos despertador, la ansiedad nos abrió los ojos desde muy temprano. Desayunamos, esperamos, caminamos en círculos y esperamos otro poco más. Finalmente y como siempre pasa en viaje, los problemas así como llegan se van. A las doce del mediodía y gracias a Javier, Moisés y toda la gente del puesto, tuvimos nuestra entrada a Chile. Esperaba Copiapo con calor, jugos de piña, helado y un día de descanso para salir rápidamente hacia nuestro próximo paso, Pircas Negras.
Las ciudades nos eran cada vez más extrañas, ruidosas e incomprensibles, tal vez porque la cordillera nos estaba cambiando profundamente, para desconocernos, entre bellos crecidos, piel curtida, duchas en ríos helados y la voz perdida en el viento. Para encontrarnos como nunca antes, salvajes, auténticos. Únicos.
INFO UTIL
*Distancia Total: Entre Fiambala y Copiapo: 482 km
*Terreno: Del lado Argentino el paso esta completamente asfaltado hasta el limite internacional, en cambio en Chile la mayor parte del camino es de ripio en mal estado.
*Transito: Desde hace algunos años la provincia de Catamarca comenzo a incentivar el turismo en toda la zona de la ruta de los seismiles, por lo que en la actualidad el paso es San Francisco en epoca de verano es medianamente transitado.
*Agua: En el tramo Argentino se encuentra agua sin dificultad a lo largo de todo el trayecto, pero en Chile el agua se vuelve un problema, es necesario llevar agua para 2 dias como minimo.
*Epoca del año: La mejor época del año para cruzar es entre Septiembre y Diciembre. Se puede hacer en otros meses averiguando con anterioridad si el paso está abierto y es necesario tener mayor cuidado en época estival(Enero-Febrero) con las tormentas eléctricas y aludes y en invierno( Mayo-Agosto) con las nevadas y bajas temperaturas.
*Altura: Llega a los 4726 msnm.
*Frontera: Los puestos de frontera no estan unificados y se encuentran a 150 km de distancia el uno del otro, por lo que es importante verificar que el tramite de salida o entrada se realice como corresponde y no tener futuras complicaciones. Para comprobar el tramite en cualquiera de los puestos se recibe una tarjeta migratoria que se debera presentar obligatoriamente para poder pasar la proxima frontera. Si sos Argentino o Chileno solo hace falta presentar el documento de identidad y para extranjeros el pasaporte. Si entras a Chile es muy probable que la aduana Chilena te haga completar una declaración de la bicis con la que viajas especificando modelo y color, ya que en Chile la bici es considerada un medio de transporte.
*Nafta para Msr: Se puede cargar combustible en Fiambala, Las Grutas y Copiapo.
*Viento: Comunmente comienza a partir del mediodia desde el oeste. Es fuerte y constante, por lo que es recomendable si se cruza desde Argentina salir bien temprano para lograr avanzar sin tener que hacer grandes y desmoralizantes esfuerzos.
Clima : En verano la temperatura oscila entre los 5° C y los 15° C . En invierno, puede llegar a los -25° C de noche y los -7° C diurnos.
COMO LLEGAR
Por la Ruta Nacional N° 60 se llega a Tinogasta, Fiambalá y el Paso de San Francisco. Luego de cruzar la frontera la ruta se transforma en la 31-CH.
Transporte interurbano/internacional: Desde la terminal de ómnibus de San Fernando del Valle de Catamarca existen ómnibus de larga distancia que llegan a Tinogasta y Fiambalá.