por Andar Extremo y Pablo Badenes, fotos Marcos Ferrer y Marcelo Tucuna
La experiencia TransAndes Challenge es algo indescriptible. No solamente es una de las carreras más duras de Sudamérica, sino que a su vez genera un ambiente único por la energía que todos aportan, convirtiéndola en una verdadera fiesta del mountain bike.
Lamentablemente esta edición fue la última en la Reserva Huilo Huilo, lugar más que apto para el evento por sus quebradas, bosques y volcanes. En 2020 el lugar de largada será en Corralco, zona de Malalcahuello, Chile.
TransAndes tuvo de todo desde el comienzo. El primer día recorrieron 48 kilómetros de senderos técnicos en el bosque nativo de Huilo Huilo, luego pasaron por la rivera del Lago Pirihuelco, hicieron una subida mortal al Pozo de Oro y bajaron en dirección a Neltume con senderos técnicos de subidas y bajadas.
En esa jornada se marcó una notable diferencia entre Luis Mejía, de Colombia, sobre los chilenos Martín Vidaurre y Patricio Farías. El mejor argentino fue Francisco Voto. De la categoría femenina, la destacada fue la italiana Lorenza Menapace.
El segundo día fue un recorrido corto de unos 44 km, pero exigente. Al comienzo hicieron un sendero hacia Puerto Fuy, luego un ascenso abrupto buscando un bike park con saltos y muchas curvas. Desde allí se dirigieron al Volcán Mocho-Choshuenco. Realizaron 17 km de subida por el sendero “El Toro” y, una vez arriba (observando volcanes y más volcanes), descendieron 10 km técnicos en dirección a la reserva pasando por un peligroso puente colgante.
En esa etapa, Mejía se perdió y tardó mucho tiempo volviendo. Si bien recuperó trayecto, entró cuarto. El turno del podio fue para el chileno Sebastián Miranda, segundo el brasileiro Uirá Ribeiro y detrás, Martín Vidaurre. El argentino Voto fue el mejor coterráneo y Menapace mantuvo el primer puesto.
La tercera fue una de las etapas más difíciles. Fueron 49 km con muchísimo desnivel. Inicialmente se dirigieron hacia puerto Fuy, tuvieron un ascenso de 20 km pasando por la laguna Quilmio. Luego, un descenso estrepitoso al lago Pirihuelco, y una trepada fulminante llamada “La Pared” que los depositaba en un bike park directo a la llegada.
Luego de 11 años y con esta etapa, el TransAndes se despidió de Huilo Huilo. Luis Mejía se alzó con la victoria y le descontó 3 minutos y medio a Martín Vidaurre (el segundo) en la general. Tercero entró Miranda. Voto siguió puntero, al igual que la deportista italiana.
La cuarta etapa fue épica. Desde Huilo Huilo a Pucón realizaron 114 km de competencia, comenzando por la orilla del Lago Neltume. Luego, sendero rápido vadeando el Río Cua Cua y ascenso con mucha vegetación hacia el lado de Trafún. Conectaron la ruta transvulcánica hacia el Parque Nacional Villarica, donde pudieron observar araucarias milenarias. Por último, tomaron diferentes arroyos en un sector de lahares volcánicos con piedra desnuda y lava, que generaban un paisaje espectacular con el Volcán Villarrica de fondo. De allí, fueron todo en bajada por un sendero hasta el Camping Municipal de Pucón.
“Qué carrera de montaña, una organización impecable, un campamento con absolutamente todo lo que necesitas para pasar la mejor semana de MTB de tu vida ”
Fue otra etapa liderada por el colombiano, estirando a 4 minutos y unos 20 segundos su posición en la general sobre el segundo: Martín Vidaurre. El tercero fue Uirá Ribeiro. Argentina e Italia, siguieron siendo representados por los mismos ciclistas.
La última etapa se largó temprano desde el centro de la ciudad de Pucón, desde el sector de La Poza. Se caracterizó por ser rápida, de sólo 40 kilómetros de extensión, en la cual los competidores ascendieron hacia el volcán Villarrica para luego descender por senderos técnicos hacia la meta ubicada en el mismo punto de largada.
Como no podía ser de otra manera, esta onceava edición terminó con la emoción que merecía: el chileno Martín Vidaurre logró una fase épica sacándole 5 minutos a Luis Mejía, y ganando el TransAndes por mínimos 35 segundos. El mejor argentino (5to en la general) fue indiscutidamente Francisco Voto. Lorenza Menapace ganó todas las etapas y también obtuvo un triunfo aplastante.
Es importante destacar que la organización estuvo en todos los detalles brindando la mejor atención, permitiendo finalizar cada etapa con el descanso y la alimentación adecuadas, y la emoción de lo vivido coronado por cada premiación.
El TransAndes 2019 fue una carrera que emocionó desde el comienzo hasta el final. La adrenalina, energía y pasión que despierta, hace que siempre den ganas de volver. Indudablemente, es la mejor carrera de mountain bike de Sudamérica.
Relato Pablo Badenes
Lo nuestro son las carreras de aventura o expedición… o al menos eso creemos. Hacer un poquito de todo, nada del todo bien ni del todo mal, mucha logística y organización. Pero de vez en cuando nos atrapa el entusiasmo y nos metemos en desafíos donde una disciplina única te lleva a competir con los que de verdad saben, a enfrentar retos que para nosotros son muros casi infranqueables.
De a poco se fue perfilando el reto. Un amigo que te cuenta algo, otro que nunca fue pero lo sueña, y finalmente Marquitos Ferrer que viene y te dice – ya están inscriptos… después arreglamos.
No había marchas atrás. Transandes Challenge 2019 estaba en marcha.
Veníamos de correr dos carreras largas con mucha MTB, más de 200km en cada una. El fondo lo teníamos, la resistencia no iba a ser nuestro problema, lo que no quiere decir que no fuéramos a tenerlos.
El entusiasmo le iba ganado al susto. Nos pusimos a entrenar los aspectos que pensamos como técnicos, pero nuestra hermosa llanura pampeana no aportaba el condimento esencial: Desnivel.
Le dimos duro los dos meses previos a la largada. No había mucho tiempo, pero hicimos lo que nos imaginamos que sería un buen entrenamiento y, el 14 de enero, cargamos las bicis en la camioneta y salimos para Huilo Huilo. Santiaguito Giuliani, Vanesa (mi compañera de equipo y de la vida), Marquitos Ferrer en su rol de fotógrafo, periodista y animador de fiestas ciclistas y, yo.
El TransAndes es la carrera de MTB. Organización impecable, campamento con absolutamente todo lo que necesitás para pasar la mejor semana deportiva de tu vida, y los corredores… ese grupo colorido de gente que cuida más a su bicicleta que a su madre. Creo que hay que resaltar algo: la convivencia en el campamento con gente de todo el mundo, hablando diferentes idiomas y entendiéndonos gracias a una pasión en común. Todo fue maravilloso. Las charlas de sobremesa en el magnífico comedor, acompañadas de cervezas y vinos chilenos, quedarán para el permanente recuerdo.
Y acá empieza la aventura. Recorrer cualquiera de las etapas de esta maravillosa carrera implica no sólo un importante reto físico, sino que requiere de una conducción de la bici muy fina, y buena técnica. La otra opción es muy excelente protección en todo el cuerpo y muchos analgésicos en la llegada.
No quiero hacer un relato muy extenso de cada etapa, porque cada una es una historia completa con anécdotas y condimentos. Sí se debe saber que son 5 etapas, todas con un desnivel promedio de 2000Mts, lo que lleva a media carrera subiendo y pidiendo por la bajada, y media carrera bajando y pidiendo por alguna subida. Los días son increíblemente duros, terriblemente técnicos y claramente para gente que sabe lo que está haciendo. Este grupo de llanura logró superar el desafío y quedar maravillados al final de cada etapa, no únicamente por la prueba superada sino por la belleza de los circuitos que sorprendían a cada golpe de pedal.
“Recorrer cualquiera de las etapas de esta maravillosa carrera implica no sólo un importante reto físico, sino que requiere de una conducción de la bici muy fina, y buena técnica”
El resumen de nuestra aventura, etapa por etapa, fue el siguiente:
Etapa 1 (la primera trompada): 58km, 2048 mts de desnivel. Quizás fue la menos técnica, aunque para nosotros fue demencial pedalear para arriba sin parar casi tres horas para después comenzar un descenso por caminos y single track condimentados con la lluvia de la noche anterior. Acá nos dimos cuenta de que no sabíamos manejar la bici, pero quedaban 4 etapas para aprender.
Resultado: por la mitad de la tabla y 4tos en la categoría.
Etapa 2 (el camino del esquiador): 44km, 1750 mts. ¿parece más fácil? ¡NO! Nuevamente subida demencial, ya no sabíamos cómo pedir la bajada. Llegamos con lo último a un centro de esquí, y comenzó el sendero de bajada. A los 5 minutos de intentar pedalearlo me di cuenta de que, si me cargaba la bici y bajaba corriendo como en un Trail, iba a ir mucho más rápido. Mientras tanto, todos nos pasaban. A pesar del sufrimiento, una etapa hermosa. Los sentidos se llenaban de bosque y montaña, y cada obstáculo superado era inmediatamente un escalofrío de felicidad.
Resultado: de la mitad para atrás y seguimos 4tos en la categoria.
Etapa 3 (si lo anterior parecía duro…): 48.5 km y 2167 mts. Trepada asesina. Cuando comenzó la bajada nos dimos cuenta de que ya no nos bajábamos de la bici. No porque fuera más sencillo, sino porque estábamos aprendiendo. De premio la etapa nos dijo: ahora suban de vuelta y vuelvan a bajar. Ahí estrené el casco y junté algunas frutillas.
Resultado: de la mitad para atrás. Seguimos 4tos en la categoría.
Etapa 4 (épica): 114km, 2750 mts. En la etapa en la que había que ser resistentes, dijimos: esto es lo nuestro… apretar los dientes y aguantar. De eso, sí sabemos. Un paso extenso y hermoso, muchísimo desnivel y calor. Atravesar el parque nacional Villarica y finalmente encontrarse con el volcán humeante, fue la recompensa al esfuerzo.
57KM/h, mi récord de velocidad en un camino de montaña. Fuimos 3ros hasta el km 86 donde nos alcanzaron los ecuatorianos y, bajando con su mejor técnica, nos sacaron 4 minutos en la llegada. Nos abrazamos y los abrazamos. Al fin y al cabo, nos une la pasión por la montaña y la bici. Ahora tenemos amigos en Ecuador.
Resultado: mitad de tabla y seguimos 4tos en la categoría.
5ta y última etapa: 40km 1250mts. Me levanté con la muñeca muy hinchada, casi no la podía mover. Mi visita a la carpa médica me regaló un diagnóstico: tendinitis. No llegamos hasta acá para perdernos el final. Largamos una subida hasta la base del volcán Villarica, donde me caí incontables veces por no poder mover la mano y luego, una bajada que parecía fácil y muy rápida.
Resultado: Felicidad infinita, sonrisa imborrable, abrazo con Vane, y con Santi que nos esperaba en la llegada. Ya no nos importaba nada. El desafío estaba cumplido y quién sabe … quizás volvamos el año que viene.
35 segundos Para Ganar
Martín Vidaurre no solamente es la esperanza del XC olímpico en Chile, sino que logró consolidarse como un corredor de carrera por etapas siendo éste, su próspero bautismo.
“Fue la primera vez que corrí una carrera por etapas, así que no sabía cómo me iba a sentir. Mi primer objetivo era terminar y, si se podía, pelear el podio bien. Lo principal era terminar todos los días en buen estado. Al pasar los días me sentí muy bien, con fuerza y fondo. Me preocupé por alimentarme correctamente y la máquina lo notó. Me perdí dos veces, pero el 3° día fue el más complicado porque al final iba a más o menos 1 min del puntero y me terminó sacando 6 con la perdida. ¡El último día salí con todo! A morir, ya me daba lo mismo, había que intentarlo. Me descolgué al principio y lo di todo hasta el final. El colombiano tenía muy buen nivel así que no estaba fácil”
Como resultado final, Martín ganó con 14h 08m 43s, segundo Luis Mejía de Colombia con 14h09m18s, y tercero Sebastián Miranda 14h27m24s.