por Florencia Pollola, Santiago Petrera, Juan Pedro Sangiácomo y Sabina Rodríguez
fotos Pablo Tolmasky, Patricia Pérez Gasquet y Marcos Ferrer
El domingo 14 de mayo no fue simplemente otro paso transitado en la historia de Running Trip. Ese día se selló un pacto que comenzó el pasado mes de diciembre en Miramar, donde más de 600 corredores apostaron por una carrera que buscó ser mucho más que un par de kilómetros, una buena remera y una medalla. Este pacto tácito, firmado entre corredores y organizadores, vino a demostrar que se pueden realizar eventos sin descuidar a los participantes, teniendo en cuenta las condiciones de cada uno de ellos. Un claro ejemplo fue el espacio dedicado a los atletas con discapacidad que, más allá de participar en las distancias largas, contaron con 4 kilómetros especialmente diseñados para que pudieran disfrutar de un paisaje que, de otra manera, les hubiera sido inaccesible. Algo similar había sucedido en Miramar, donde tuvieron la chance de correr por el bosque y por la arena, junto al mar.
En esta segunda edición en Los Molles, San Luis, los atletas con discapacidad contaron además con el apoyo de los más de 500 corredores que participaron de las pruebas principales, esperaron a que todos completaran su recorrido, y los aplaudieron al llegar. La esencia de Running Trip es esa, cuidar a los atletas, a todos los atletas, sin importar si se trata de los corredores más rápidos o los más lentos, sin importar si poseen alguna dificultad para trasladarse o si cuentan con todas las facultades para hacerlo. En este marco, en la ceremonia previa a la competencia y tras entonar el himno nacional argentino, Ramiro Cattani, uno de los protagonistas de la prueba que tiene síndrome de down, junto con los atletas del seleccionado argentino de ultra Trail Franco Oro y Tania Díaz Slater, subieron al escenario representando los valores de esta prueba.
“La esencia de Running Trip es cuidar a los atletas, a todos los atletas, sin importar si se trata de los corredores más rápidos o los más lentos”
Running Trip Mountain Edition marcó el paso de esta carrera itinerante por las sierras puntanas y continuó así la idea de recorrer el país a través de una prueba competitiva y participativa en la que los atletas que ganaron se llevaron $32000 en efectivo. Con competidores de todo el país y de otros países como Colombia, Paraguay y Uruguay, los circuitos trazados para los 25k, 10k y 4k se corrieron por senderos cargados de verde, bosques típicos de la zona y arroyos que bajan de las sierras. En esta oportunidad, fueron el colombiano Jaime Hernández y la cordobesa Tania Díaz Slater quienes se quedaron con el primer puesto en los 25km.
«Buscamos que durante todo el recorrido, pudieran disfrutar de todo lo necesario para que, al cruzar la meta, la sonrisa fuera imposible de disimular», contó Diego Winitzky, creador de la innovadora propuesta de carrera ambulante. «Nunca imaginé dejar por un rato mi pasión por la fotografía para volcarme con un grupo de amigos corredores a organizar una carrera. Hace dos años creí que se terminaba todo mi vínculo con la fotografía y el running, por una mal trago con una persona a la que hoy debo agradecerle que me haya cerrado las puertas de sus eventos», añadió.
Diego se permitió soñar y creó este evento que, además de buscar la integración y el vínculo genuino entre corredores, logró generar una energía única entre un staff que intenta tener todo resuelto para quienes se predisponen a disfrutar de un fin de semana distinto.
El kit de la carrera, las marcas del recorrido, el trato ante cada consulta por emails o redes sociales, el recibimiento a los competidores que cruzan la meta, el vínculo entre compañeros de trabajo y el respeto por los colaboradores, hacen que Running Trip se diferencie en cada detalle.
Santiago Petrera, corredor de Ultra Trail
Como su nombre lo indica, Running Trip es mucho más que una carrera, es una experiencia donde se vive el Running en todas sus facetas: en el viaje, en la estadía y en la competición misma.
Arribamos a Los Molles, hermosa y pequeña localidad de la provincia de San Luis, el sábado por la mañana. Allí nos esperaba Diego junto a todo el staff, para darnos una cálida bienvenida. Como mencioné antes, Running Trip es una carrera que ofrece la posibilidad de contratar un Pack Full que incluye, además de la inscripción, los traslados, el hospedaje, y las comida, todo coordinado por grandes personas que conocemos del mundo del running. Todo esto, genera un clima especial, un ambiente donde el deporte y la camaradería son una constante. Durante todo el día, los corredores confluían en la acreditación, lugar donde retiraban su Kit, se sacaban la famosa foto pre carrera con su dorsal, y compartían una linda tarde de charlas y mates. Personas con historias inspiradoras nos emocionaron con sus vivencias y experiencias deportivas, seguidos por la charla técnica recién caída la noche. Luego la cena y a descansar.
Domingo bien temprano, en una fría mañana, nos dirigimos hacia la largada. Micros y muchos autos con corredores, acompañantes y gente de localidades aledañas llegaban al punto de partida para vivir la tan esperada carrera. Nos encontramos con muchos corredores de todos los niveles. Un Line Up de lujo en la Elite de los 25 Km: los mundialistas Franco Oro y Tania Díaz Slater,
Ezequiel Pauluzak, y los ganadores de Pacifik Trail Colombia Jaime Hernando López y María Eugenia Rodríguez.
Cuenta regresiva y carrera en marcha. Circuito para todos los gustos, con mucha trepada y desnivel positivo en los primeros kilómetros. Bajadas muy entretenidas, de esas en las que se puede apretar y y soltarse sin frenar, saltando troncos y piedras. Luego la parte más técnica de la carrera llegaría a la hora de hacer todo el coastering, donde los que sabían correr por las grandes piedras mojadas, sacaban diferencia, y otros intentábamos hacer lo mejor posible, sin matarnos. Una vez superada esta etapa, el circuito invitaba a correr plenamente hasta el final.
Grandes gestos se vieron, como cuando Jaime Hernando López, ganador de los 25 cedió el premio para que Ezequiel “Tati” Pauluzak, segundo en los 25 km, compita en la Pacifick Trail Sura.
Por el lado de las mujeres, el triunfo fue para la mundialista y corredora, Tania Díaz Slater.
Una carrera con todos los condimentos: grandes paisajes, excelente circuito, organización perfecta, cobertura audiovisual de lujo, corredores de primer nivel y un ambiente de alegría total. Calidez humana, competencia, talento y pasión resumen el espíritu del evento.
Ahora, a esperar más ediciones de ésta increíble experiencia llamada Running Trip.
Juan Pedro Sangiácomo y Sabina Rodríguez, corredores de Ultra Trail
En esta vuelta, volvimos a ratificar nuestra confianza hacia un gran evento que se destaca por el compromiso, la calidez humana, el ambiente de integración que unifica todas las capacidades, niveles, regiones del país, y la invitación de corredores de otros países, estamos haciendo referencia al Running Trip.
Hasta ahora se llevaron a cabo dos ediciones, primero fue la edición de playa, donde Miramar nos brindó un espacio de sol, arena y mar. Luego llegó la edición de montaña, en Los Molles (San Luis), donde lo primordial fue la belleza e imponencia de las sierras puntanas. En ambas ediciones los alojamientos destinados a ser sedes del evento fueron lugares de ensueño, ubicados en ambientes naturales, y con gran calidez humana. Al estar ubicados en el epicentro de cada evento, pudimos disfrutar en el día previo a la carrera, de una expo running, con música en vivo, puestos de artesanías, algunas exquisiteces, venta de ropa y accesorios para el corredor, además de una agenda de charlas de especialistas, experiencias de vida, y hasta un espacio infantil para que los más chicos también tengan su entretenimiento.
El primer Running Trip, la «Beach Edition», fue una experiencia única y apasionante, y en esta oportunidad, la «Mountain Edition», nuevamente estuvo excelente en cada detalle: desde las relaciones públicas, el recorrido de la carrera, los puestos de hidratación y asistencia médica, la dirección de fotografía, los coordinadores, la calidad de la alimentación, la conducción del evento, y la expo running del día previo a la carrera. Una de las cosas en las que se sigue destacando, es la organización. Sin duda, cada una de las partes se involucra al 100%, dejando todo lo que tiene para que no falte nada.
Dentro de lo que fueron las charlas de la expo, además de ser orientadas a la capacitación en temas de nutrición y deporte, se brindó un espacio para conocer otras historias de vida. Una de ellas, fue la de Norma Ramos, quien a una semana de haber corrido el Raid del Norte se entusiasmó con la invitación y finalizó los 25km de Los Molles. Quizás para muchos no es algo de gran importancia haber hecho estas dos carreras en una semana, pero si le agregamos el hecho de que es una atleta con discapacidad, es algo impresionante!!! Su historia de vida es algo que no deben dejar de conocer, y el evento dio ese espacio de difusión.
También se destacaron la solidaridad e integración, como uno de los puntos fuertes. Es un evento al que podemos acceder todos, aún si te estás iniciando en las carreras de aventura tenés la posibilidad de correr los 4km participativos, distancia abierta también a personas con capacidades diferentes. Este es un hecho que distingue el evento de cualquier otro: “Que todos tengamos acceso a la diversidad del trail running es un desafío que esta organización emprende y enfrenta en cada evento”. Todos corremos esos primeros 4km, todos nos metemos en la arena y podemos sentir su dificultad, todos nos adentramos en la montaña, en las subidas y las bajadas que ella nos propone, chapoteando por algún que otro arroyo, sintiéndonos parte. Tanto los corredores que se están iniciando como las personas con alguna capacidad diferente, acompañados por atletas de élite y del propio staff de la organización, tienen la posibilidad de disfrutar de la naturaleza a flor de piel.
Otro de los ejes relevantes es el recorrido de la carrera, allí también se vislumbra el compromiso y la ética. En ambas ediciones se priorizó que todos podamos disfrutar de la naturaleza que nos rodeaba, pero sin dejar de darle una complejidad técnica al circuito, un balance que en ambas ediciones pudieron lograr y que confiamos que lo harán nuevamente.
“Que todos tengamos acceso a la diversidad del trail running es un desafío que esta organización emprende y enfrenta en cada evento”
Volviendo a la parte técnica, si lo que buscabas era una distancia corta, tenías la posibilidad de correr 10 k, que fueron “picantes”, con altimetría como para que no bajen nunca las pulsaciones, si no, podías elegir pasear y deslumbrarte con el paisaje… esa era tu elección. Si te gustaba exigirte más, estaban los 25k, para corredores un poco más experimentados o que quieran proponerse ir un poco más lejos y aumentar su distancia. En este caso fue un recorrido «corrible», pero con cuestas pronunciadas que si no las regulabas, te dejaban boqueando, y con bajadas pronunciadas que invitaban a volar. Hubo de todo: «coastering», piedras, raíces, cruces de cursos de agua, algo de barro, árboles, zonas descampadas, tupidas, lentas, rápidas, senderos, calles, tranqueras… la verdad, un popurrí de elementos que se conjugaron en una hermosa carrera de aventura.
Por último, los más chiquitos también tienen su espacio, dado que antes de la premiación, tuvieron la oportunidad de realizar 1km para poder iniciarse en la misma disciplina que su papá y/o mamá, y llevarse su medalla finisher.
Todos los recorridos se caracterizaron por senderos cargados de verde, bosques típicos de la zona y asistencia al corredor. Al finalizar la carrera tenías la posibilidad de escuchar bandas en vivo o relajarte asistiendo a una clase de yoga.
Sabina
Sabía que me tenía que cuidar ya que a la semana siguiente corría los 50 de Indomit. Debía guardar energías, pero a esta fiesta del Trail no podía faltar, y es por eso que decidí correr desde otro lugar. La velocidad y la posición iban a quedar relegadas por el paseo y el disfrute de las subidas, y la adrenalina en las bajadas.
Esperando en el arco de largada, los nervios y la incertidumbre eran los protagonistas… ya estaba ese dolorcito en la panza que siempre me alerta de que empieza la carrera en breve… 3,2 1!! Despedida y a largar. Para mi gusto, empecé muy rápido en una bajada que invitaba a meterle pata. Luego, llegó el sendero y arranqué la subida, subí, subí, subí…Muy lindo el paisaje, el terreno, el sendero…. Un increíble lugar me rodeaba y me envolvía desde la vista, con los diferentes tonos de verde y marrón, y desde el olfato, con las diversas plantas que me rozaban a cada paso. En un instante, apareció mi ventaja en carrera, lo que ansío y disfruto siempre al máximo: la bajada… Ahí sí, ya no me pude contener, quería relajarme y bajar, sentir el aire en la cara, en el cuerpo. Las piernas iban rápido, la cabeza no paraba un segundo de pensar dónde poner un pie y el otro… Bajaba, tenía que bajar a mi ritmo…
Así sucedió la carrera, vislumbrando el paisaje, hablando y saludando corredores que venían de frente, entre ellos a Juan con quien nos dimos un beso relámpago. Seguí corriendo por caminos rurales, senderos más amplios, más angostos, más cerrados, más abiertos, pasto, ripio, hasta una larga bajada en la que me solté y llegué a un puesto de control donde marcaban el dorsal, km 15 aproximadamente… Allí, al verme frenar a cero me dijeron:
– ¿qué estás haciendo?
:- Mmm esperando a unos amigos
:- Negra vas novena…podés correr!!!
:-pero me quiero cuidar para la semana próxima
:-podés correr!
Y bueno, a partir de ahí fue otra carrera. Quedaban alrededor de 10km sólo tenía que mantener un ritmo estable y no frenarme más, por lo menos eso fue lo que negocie conmigo misma. Faltando unos kilómetros, y viendo el arco de llegada esta vez en subida, la adrenalina quiso que acelere, y aceleré.
Mi sonrisa de oreja a oreja me decía una vez más: pasaste un arco triunfal, quedando tercera en categoría, una sorpresa que realmente no esperaba… Maravillada con esta experiencia, volví a confirmar que en el próximo, estaré presente para disfrutar de esta verdadera fiesta del Trail running!!!!
Juan Pedro
Mi carrera comenzó meses antes, cuando decidimos con Rosario (nuestra entrenadora), correrla tranqui, ya que venían los 50k de INDOMIT con diferencia de una semana, y no quería llegar cansado, ni con molestias. Así fue que pensé en una carrera moderando el ritmo, corriendo por sensaciones y sin exigir.
Arco de largada, emoción a full, cuenta regresiva y largamos en bajada, algo que realmente me gusta, así que le metí con ganas, a un buen ritmo, intentando despegarme un poco de la masa de corredores, como para encarar el Trail con algo más de lugar… unos 400 metros y chau calle. Doblamos a la derecha, y el sendero, un circuito minuciosamente marcado y macheteado, como para que nadie se pierda ni se tenga que pelear mucho con ramas y arbustos… No sé si llegué a pasar 1km y arrancó la subida… Dura, y como no es mi fuerte, la caminé y me dediqué a contemplar los paisajes que ya empezaban a verse en los claros. Luego de subir por un rato, una bajada que invitaba a dejar todo…la mejor parte de la carrera para mí!! Por suerte estaba en una zona con pocos corredores, entonces queda lugar para bajar y bajar, sin tener que preocuparse por pasar a alguien. Salimos al «coastering», donde si le pifiaba un paso, podía lastimarme feo. Sobre ese río me crucé con muchísima gente: fotógrafos, acompañantes, banderilleros, asistentes, todos con una palabra de aliento…
Se fue abriendo el camino, se hacía menos técnico y más abierto a correr. Me junté con un chico de Tandil que me dijo que venía medio cansado, así que fuimos tirando juntos… Íbamos pasando los kilómetros, puestos de hidratación, PCs, fotógrafos… y seguimos tirando con el tandilense, contándonos historias de Trail hasta pasar un PC: saludo, marca en el dorsal, alguna risa al paso y a seguir dándole gas!!! Venía medio cruzado, porque no podía hacer una de las cosas que me gusta hacer en carrera, que es filmar con la GoPro, porque la batería estaba muerta, así que un poco me sacó del disfrute y la buena onda de la carrera… qué mejor para sacarme la mufa que cruzarme a Sabi cerca del arroyo. Ella iba y yo volvía del retome, me dijo que le iba a meter un poco más porque venía 9°, así que un beso y a seguirle dando…
Una de las cosas lindas que tiene este mundo del Trail es cuando te venís cruzando con corredores que vienen por detrás, pero por el mismo sendero, en contramano… es muy gratificante el aliento que te dejan al paso. Por más que no estés realmente en la competencia, es algo que motiva siempre. Llegamos al último puesto de hidratación, recargué y salí al trote. Mi compañero de carrera encontró nuevamente su ritmo y se despegó un poco, así que solo nuevamente fui pasando por una zona no tan rápida como la anterior, virtualmente llana, con muchos senderos, árboles, arbustos, algunas molestas espinas, pero lindo para correr.
Faltando algunos kilómetros, salté un alambrado que me dejaba casi en los últimos 2 kilómetros de carrera… pasé un arroyo con poca agua, y al salir escuché:-«Te faltan 500 metros, ya estás, ánimo!!!», me dijo. Con esas palabras entré al asfalto y a subir. Mucha gente caminando por el costado de la ruta alentaba a mi paso, aplaudían como si fuera el primero!!! tomé una curva y vi el arco, majestuoso, imponente, esperando inmóvil que yo vaya hacia él. Es mi objetivo… ahí voy!!! Banda de llegada sostenida por dos asistentes, la «corté», y ahí estaba Diego, esperando a cada uno de los corredores con una sonrisa y un abrazo…
Todos tuvimos nuestro lugar en el evento y lo disfrutamos de una manera activa, sintiéndonos parte!!!
Gracias Running Trip!!!