EXPEDICIÓN ATACAMA 2016
Juan va a atravesarlo de norte a sur, completando más de 1.700 kilómetros. A veces tendrá que soportar diferencias de 30 grados entre el día y la noche. Conducirá su bicicleta a 5.000 metros de altura, remolcando 60 litros de agua para poder sobrevivir a durísimas jornadas. Las temperaturas pueden alcanzar los 50 grados a la sombra.
Como en todas sus anteriores expediciones, Juan la llevará a cabo en solitario y sin asistencia técnica. Se tendrá que enfrentar durante un mes a la sequía y a temperaturas extremas. Como tantas otras veces, surgirán las enfermedades, el mal de altura, fauna salvaje… los miedos. Sus grandes aliados.
EXPLICADO POR EL MISMO
¿Qué tal, cómo estáis?
Por regla elemental de cortesía, si me estás leyendo, lo primero que debo hacer es presentarme: Soy Juan Menéndez Granados, tengo 33 años y soy asturiano. Me resulta un poco complicado definir mi profesión, así que casi mejor te digo a lo que me dedico: voy en bici en solitario a los sitios más inhóspitos del mundo. En 2014, tras 46 días pedaleando en solitario, alcancé el Polo Sur. Fui la primera persona en lograrlo sin asistencia… en una expedición en la que tuve el honor de ser embajador de MARCA, el medio que hizo un seguimiento muy especial de esta aventura, y gracias al cual os pude contar mis experiencias.
Tal vez esto te suene… sí, efectivamente, soy «Juan Sin Miedo», soy el de la bici con ruedas gordas que al llegar a la base del Polo Sur escanció sidra. Si eres fiel lector del periódico, tanto en la edición impresa como la electrónica, es posible que mi historia te suene. Por cierto, espero que en su momento te gustase y si no lo hice entonces, te doy las gracias por haberme leído, por los mensajes de apoyo recibidos en las redes sociales… ¡todo suma!
El apodo que tengo no es porque no tenga miedo a las cosas, que lo tengo, por supuesto. Pero digamos que lo que intento con estas expediciones es conocer mis miedos y tratar de superarlos. De eso se trata el deporte, ¿no? De superar unos límites. Los atletas africanos quieren bajar de las dos horas en maratón, los regatistas sueñan con cruzar océanos en el menor tiempo… y yo, pedaleando, trato de estar en sitios imposibles.
ste año voy a cruzar uno de los paisajes más áridos del mundo: el desierto de Atacama. Si hace dos años llegué a estar a más de 40 grados bajo cero en el Polo Sur, esta vez superaré los 40 pero de calor. Me tengo que enfrentar al mal de altura en los Andes, porque atravesaré pasos a más de 5.000 metros, tendré que remolcar hasta 60 litros de agua en la bicicleta… y hay zonas en las que lleva 200 años sin llover.
Calculo que tardaré un mes en completar la travesía del desierto. Unos 1.700 kilómetros. Aún no tengo las fechas exactas de la expedición, pero en apenas dos semanas, estaré tomando un avión para volar hasta Santiago de Chile y desde ahí, a Arica, punto de inicio. Este tiempo antes de cruzar el charco me dedico a la preparación física y mental, a dar las últimas conferencias a empresarios que aplican mis experiencias en la gestión de sus compañías, perfilar los acuerdos de patrocinio, cerrar hasta el último detalle de todas las cosas que me tengo que llevar…