Somos un grupo de amigos que compartimos el amor por la naturaleza, el deporte y la aventura. A través de estas actividades, realizamos acciones solidarias orientadas a nuestra comunidad.
Aventura SinFin, es un grupo de deportistas que realizan múltiples actividades deportivas, y desde hace unos años organiza una Carrera para niños en el Parque Ecológico de la Plata. Desde sus inicios esta carrera ha contado con la asistencia del Sr. Aldo Herbotte, de Baobab Supercamping. Somos integrantes de Aventura SinFin, y en ocasión de la organización de estas carreras, y motivados por los relatos de las experiencias de Aldo, comienza nuestra inquietud por incursionar en el montañismo de altura como una nueva actividad deportiva y recreativa. Así comenzaron las reuniones y las intensas prácticas de entrenamiento para llevar a cabo una expedición al Cordón del Plata, en Vallecitos, Provincia de Mendoza.
Con el objetivo de darle a la expedición un fin solidario, y de mejorar el equipamiento destinado a la atención de las emergencias en el Hospital San Roque de Gonnet, nos proponemos recaudar fondos para contribuir a la adquisición de un equipo de ecografía Doppler color.
Aquí comienza nuestra aventura…
El 28 de octubre con mucho entusiasmo cargamos los tres autos, llevando el equipo de montaña y mucha comida para los 4 días que íbamos a estar en el refugio de Sky y Montaña en Vallecitos. Y allí partimos rumbo a Mendoza… la montaña nos espera.
El 29 de octubre por la mañana nos reunimos todos los integrantes de la expedición en un supermercado ubicado sobre la ruta 40 en Mendoza, allí compramos frutas, verduras y productos frescos y emprendimos el último tramo todos juntos rumbo al refugio.
Llegamos al mediodía, nos instalamos rápidamente en el refugio, armamos las mochilas, preparamos las colaciones y emprendimos una caminata para comenzar a adaptarnos a la altura. Montañas y más montañas nos envolvían, un sol radiante nos iluminaba, increíblemente ya estábamos cumpliendo nuestro sueño. Todos en fila como patitos, comenzamos el ascenso. Sentíamos que íbamos caminando en un mar de dulce de leche, lentos, muy lentos, la altura se hacía presente. Físicamente nos sentíamos muy bien pero notábamos que la entrada de aire no era la misma que en el llano al cual estábamos acostumbrados, paso a paso realizamos todo el recorrido, tierra, nieve, piedras… ningún obstáculo nos impidió seguir.
Felices retornamos al refugio. Cansados por el viaje, acomodamos nuestras cosas mientras Andrea, nuestra cocinera de lujo, preparaba la comida. Nos habían contado que convenía pasar un tiempo en el lugar para aclimatarse y no correr el riesgo de apunarse, sin embargo la montaña decide y a pesar de beber mucha agua, movernos lento, y llegar a una altura mayor a la que íbamos a dormir, el apunamiento alcanzó a uno de nosotros. El mal de altura en Antonia no se hizo esperar. Sin embargo todos pudimos dormir a pesar de los 2500 mts. de altura y prepararnos para el día siguiente.
Viernes 30 de octubre – Cumbre Lomas Blancas (3850 msnm)
Amanecimos muy temprano, Aldo nos tenía preparadas unas ricas tostadas y un termo de 1lt. con agua caliente a cada uno y nos invitaba a tomarlo con la infusión que quisiéramos, pero completo antes de partir. La pregunta que nos angustiaba era si Antonia iba a poder subir.
Por suerte los nueve emprendimos el viaje rumbo a nuestro primer objetivo, el Lomas Blancas a 3850 msnm. Al principio sentíamos la altura, Antonia pudo subir, pero sin demasiada fuerza por lo que Aldo tuvo que cargar dos mochilas. De a poco mientras avanzábamos nos sentíamos cada vez mejor, luego de un poco más de tres horas todos llegamos a la cumbre. ¡Que alegría! Para muchos de nosotros nuestra primera cumbre.
Mucho viento allá arriba, sentíamos que nos volábamos. Sacamos fotos e inmediatamente comenzamos el regreso. El tiempo es fundamental, se venía la nube y nos iba a dejar sin visibilidad.
El descenso fue más rápido, paramos un rato para comer algo y continuamos bajando hacia el refugio. ¡Primer objetivo logrado!
Charla, mates, cartas, dados, intercambio de sensaciones… Así llegamos al final del día.
Sábado 31 de octubre – Campamento de altura Piedras Grandes (3580 msnm)
Hermoso amanecer, para nuestra sorpresa había nevado toda la noche. La montaña no dejaba de sorprendernos y nos ofrecía un paisaje distinto, blanco, increíble. Un nuevo recorrido nos esperaba. Había mucha nieve, así que Aldo tendría el doble de trabajo, tendría que ir abriendo camino sobre la nieve, marcando las huellas que luego pisaríamos los que íbamos detrás de él. Continuábamos como patitos, Karina, Andrea, Analía, Roxana, Graciela, Antonia, Gastón y Jorge cerrando la fila.
El día más frio, la nube nos invadía, las montañas no se veían, seguíamos subiendo intentando alcanzar nuestra meta. Llegamos, nos abrigamos y comimos algo. Al recorrer el lugar vimos que había gente acampando, aclimatándose para seguir subiendo.
Regresamos al refugio, nevaba y según el pronóstico el clima no mejoraría y nos complicaría el ascenso al San Bernardo, nuestro último y más complejo objetivo.
Domingo 1 de noviembre – Base del San Bernardo.
Como habíamos previsto, lamentablemente las condiciones climáticas no nos permitieron intentar el San Bernardo. Cambiamos el destino y decidimos partir rumbo a la base del Cerro.
Mucha nieve, mucho hielo, nos costó encontrar agua, todo congelado. Gastón se dispuso a juntar nieve para luego derretirla.
Este nos resultó el circuito más bello, las paredes de la montaña se nos venían encima. Pisábamos la nieve y nos enterrábamos, la nube fue tapando el sol, parecíamos estar dentro de una película. Sensaciones miles, viaje alucinante.
Descendimos, nuestro sueño estaba llegando a su fin. Nos quedamos en la base del refugio jugando con la nieve, con la alegría de haber logrado nuestra primera cumbre y con la certeza de que ésta no sería la última.